El progresista Bernie Sanders logró el sábado una decisiva victoria en las asambleas electorales de Nevada y se consolidó en el liderazgo hacia la candidatura demócrata que enfrentará al presidente Donald Trump en las elecciones de noviembre.
Su victoria es muy significativa porque Nevada es una suerte de indicador general debido al peso en la carrera hacia las elecciones de noviembre.
También quedó a la vista que Sanders pudo ensanchar una coalición más allá de los votantes izquierdistas. De ese modo refutó el argumento de muchos moderados de que no conseguiría tender puentes entre progresistas y centristas.
En las últimas horas del sábado y mientras los resultados oficiales salían muy lentamente, Sanders llevaba una holgada ventaja, según el recuento del 22% de los centros de votación.
Sanders, un senador de Vermont de 78 años, tenía un apoyo de casi 46%, seguido por el ex vicepresidente Joe Biden con 23%.
El exalcalde de South Bend, Indiana, Pete Pete Buttigieg, que había logrado una impactante victoria en Iowa hace tres semanas, estaba tercero con 13%.
Las dos senadoras en liza, la progresista Elizabeth Warren y la pragmática Amy Klobuchar estaban muy atrás, con menos de 10%.
Sanders no demoró en cantar victoria. Dijo que su «coalición multirracial y multigeneracional» que ganó en Nevada «arrasará en el país».
En su discurso reiteró sus promesas de una reforma de salud, una lucha contra el cambio climático, un mayor control de la tenencia de armas y un alza del salario mínimo.
«El pueblo estadounidense esta harto de un gobierno que está basado en la codicia, corrupción y mentiras. Quiere un gobierno basado en los principios de justicia», dijo en un acto en el cual los asistentes coreaban «¡Bernie! ¡Bernie! ¡Bernie!»
Sanders habló en El Paso, Texas; uno de los 14 estados en los que los demócratas votarán en el «Super Martes» del 3 de marzo.
Felicitaciones y criticas
Buttigieg felicitó a Sanders por su «buen desempeño», pero también destacó sus diferencias. Buttigieg afirmó que su rival considera que el capitalismo es «el origen de todos los males».
«El va ir más allá de una reforma y va reorganizar la economía en una forma que la mayoría de los demócratas – y los estadounidenses – no apoyan», dijo.
Empatado virtualmente con Sanders en el primer lugar en Iowa y ganando la semana pasada en New Hampshire, Buttigieg está en el asiento del conductor contra siete rivales mientras la carrera se dirige hacia Carolina del Sur y luego al «Super Martes».
«Parece que al Loco Bernie le esta yendo bien en el Gran Estado de Nevada», tuiteó Trump e ironizó sobre los rivales. «Felicitaciones Bernie & no dejes que te lo quiten», añadió.
Con la competencia democrática adquiriendo un tinte cada vez más nacional, algunos candidatos como Klobuchar, Warren o la congresista Tulsi Gabbard estarán presionados a decidir si siguen en la pelea o si tiran la toalla.
Regresando
El centrista Biden, desesperado por ganar terreno tras decepcionantes resultados en los dos primeros estados en los que se votó, dijo a sus partidarios que se siente «realmente bien» sobre el apoyo logrado en Nevada e indicó que no debe ser descartado.
«Estamos vivos y estamos regresando», dijo el otrora favorito.
«Ahora vamos a ir a Carolina del Sur para ganar y vamos a recuperar esta contienda», afirmó Biden en un mitin.
Warren vuelve a atacar a Bloomberg
El exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg no compitió este sábado, ya que decidió centrar su campaña en el «Súper Martes», para lo cual se ha gastado más de 438 millones de dólares de su fortuna personal, gestada como magnate de la información financiera.
Durante el debate del miércoles la senadora Elizabeth Warren interpeló a Bloomberg, instándolo a derogar los acuerdos de confidencialidad firmados con varias mujeres.
El millonario anunció el viernes que liberaría los acuerdos de confidencialidad de tres personas por casos relacionados a denuncias por comentarios hechos en el ámbito laboral.
Tras conocer los resultados de Nevada, el jefe de campaña de Bloomberg, Kevin Sheekey, advirtió a los votantes que «elegir un candidato que apela a una base electoral pequeña, como el senador Sanders, sería un error fatal».