- Sector empresarial plantea que se debe hacer en base a productividad y elementos técnicos, mientras que el sector laboral pide Q200 diarios. El presidente debe fijar y anunciar antes del 31 de diciembre.
La discusión sobre el salario mínimo para 2026 entró en su recta final sin acuerdos en la instancia tripartita y con un actor central que ahora tiene la última palabra: el presidente Bernardo Arévalo . A pocos días de que termine el año, el monto que regirá desde el 1 de enero de 2026 sigue sin definirse, mientras empresarios, sindicatos y gobierno presionan por modelos distintos de política salarial.
Tras semanas de reuniones en comisiones paritarias y en la Comisión Nacional del Salario (CNS), el Ministerio de Trabajo confirmó desde octubre que no había consenso entre los tres sectores —empleador, laboral y gubernamental— para fijar el salario mínimo del próximo año, por lo que, conforme a la ley, la decisión quedó en manos del Ejecutivo.
La CNS ya remitió al Presidente un informe razonado con los análisis técnicos del IGSS, la Junta Monetaria y los argumentos de cada sector. Con esa base, Arévalo deberá decidir si mantiene, ajusta o incrementa el salario mínimo mediante acuerdo gubernativo antes de que finalice 2025.
CACIF: política basada en productividad y formalidad
El Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF) se pronunció recientemente sobre el tema y presentó a Arévalo una propuesta que va más allá del ajuste puntual de 2026. El sector empresarial pide una “política salarial moderna, tripartita y basada en la productividad”, en lugar de negociaciones anuales improvisadas.
En un comunicado, el CACIF informó que el 5 de diciembre sostuvo una reunión con el mandatario en la que expuso un esquema salarial orientado a reducir la informalidad (que estiman por encima del 70 %) y ampliar la cobertura de seguridad social, mediante criterios técnicos y diferenciales por actividad económica.
Los empresarios plantean tres grandes ejes:
- Formalización y seguridad social, para que más trabajadores accedan a prestaciones y protección.
- Criterios técnicos y productividad, usando la metodología presentada ante la CNS y en las mesas paritarias.
- Previsibilidad y sostenibilidad, con una posible política multianual que dé certeza al sector productivo.
El presidente del CACIF, Charles Bland, ha expresado preocupación por el incremento aprobado para 2025 —de entre 6 % y 10 % según actividad— y ha insistido en que cualquier nuevo aumento debe considerar el impacto en el empleo formal y la competitividad.
Qué dice Arévalo: sin cifra fija y respeto al proceso
Consultado sobre las negociaciones, el presidente Bernardo Arévalo ha insistido en que su gobierno no ha fijado una cifra ni una postura cerrada sobre el salario mínimo de 2026 mientras dure el proceso formal.
Tras confirmarse la falta de consenso en la Comisión Nacional del Salario, el Ejecutivo recibió el informe técnico y, según medios nacionales, se prepara para tomar una decisión que equilibre poder adquisitivo, empleo y estabilidad macroeconómica.
Los trabajadores: un salto fuerte en el ingreso
Del lado sindical, la posición ha sido más agresiva. Representantes del sector laboral ante la CNS han propuesto que el salario mínimo para 2026 alcance los Q200 diarios, es decir, alrededor de Q6 mil mensuales, argumentando que el ingreso actual no cubre el costo de la canasta básica ampliada y que la inflación ha erosionado seriamente el poder de compra de las familias.
Según explicó el dirigente Franky Pozuelos, esa cifra implicaría un aumento cercano al 96 % respecto del salario vigente, precisamente para cerrar la brecha entre el mínimo actual y el costo real de vida.
Otros análisis hablan de escenarios más moderados, con rangos de aumento entre 3 % y 12 %, dependiendo de la actividad económica, en línea con lo ocurrido en los últimos ajustes.
Las tripartitas: un mecanismo sin consenso, pero todavía clave
El choque entre las posturas de empleadores y trabajadores hizo que las negociaciones tripartitas concluyeran sin acuerdo este año. La CNS informó en octubre que, tras escuchar a los tres sectores y revisar los estudios técnicos, no fue posible fijar una cifra consensuada, por lo que trasladó el expediente al presidente Arévalo, como establece el Código de Trabajo.
A pesar del fracaso en alcanzar un monto común, tanto el CACIF como los representantes laborales coinciden en la necesidad de mantener y fortalecer el mecanismo tripartito, pero con bases técnicas más claras y, eventualmente, con una política salarial multianual que reduzca la tensión recurrente de las negociaciones de fin de año
