El eslovaco Peter Sagan (Bora-Hansgrohe) se adjudicó el miércoles la quinta etapa del Tour de Francia, en la víspera de la primera llegada en alto de esta edición, en La Planche des Belles Filles.
En la clasificación general no hubo sobresaltos y continúa de amarillo el francés Julien Alaphilippe, que fue el vencedor el lunes en Epernay.
«Ha sido un buen día, pero no fue fácil. Controlamos la carrera como debíamos, estuve vigilante en el final», señaló Alaphilippe.
Al término de los 175,5 kilómetros entre Saint-Dié-des-Vosges y Colmar, en un recorrido que contó con dos puertos de segunda categoría y otros dos de tercera, Sagan superó al esprint al belga Wout Van Aert (Jumbo) y al italiano Matteo Trentin (Mitchelton).
Para Sagan, maillot verde de la clasificación por puntos del Tour, se trata de su duodécima victoria de etapa en la ‘Grande Boucle’.
A sus 29 años y con tres títulos mundiales en su palmarés (de 2015 a 2017), Sagan mantiene una regularidad envidiable en el Tour, donde está acostumbrado al color verde, con la única excepción de 2017, cuando fue excluido por un esprint irregular en la primera semana.
Sagan había logrado apenas tres victorias en este 2019, lo que sembraba dudas sobre su estado para este Tour.
«No se pueden comparar las carreras. Tuve muchos problemas con mi cuerpo en los últimos meses. Me puse enfermo en el inicio de la temporada y mi cuerpo sufrió. A veces, un año es bueno y el siguiente es peor», estimó.
«Después de las clásicas tuve tiempo para recuperar. He realizado la preparación que necesitaba antes del Tour y aquí estoy», sonrió.
Esperando la montaña
Los favoritos de la general se limitaron en esta jornada a vigilarse unos a otros, en el primer día con un trazado de media montaña.
«Otro día librado y otro día bastante nervioso. Hemos podido pasarlo tranquilo, esperando a que, por fin, comience mañana nuestro terreno. Será un día para medir las propias fuerzas y ver dónde estamos. Los últimos años la primera etapa de montaña no ha sido demasiado agradable, pero confío en que este año la montaña nos sonría y podamos sonreír con ella», señaló el colombiano Nairo Quintana (Movistar).
En la escapada del día, el australiano Simon Clarke, el belga Tim Wellens, el danés Mads Würtz y el letón Toms Skujins obtuvieron únicamente un margen de unos dos minutos.
Skujins distanció a sus compañeros de aventura en la subida del Trois-Epis, a 37 kilómetros de la meta. El letón fue alcanzado en la última subida del día, hacia los 20 kilómetros para el final, por el pelotón.
El portugués Rui Costa atacó en la parte final, pero fue también alcanzado, a dos kilómetros de la meta, y la victoria se disputó al esprint, donde Sagan se llevó el pulso.
Alaphilippe, décimo de la etapa, mantuvo su ventaja en la clasificación general sobre los candidatos al maillot amarillo, que tendrán la primera batalla importante el jueves en las pendientes de La Planche des Belles Filles.
«Es capaz de conservar el maillot», estima su primo y entrenador, Franck Alaphilippe. «La subida es muy dura, pero en siete kilómetros puede resistir ante los mejores. Tiene capacidad para hacerlo, pero dependerá de cómo transcurra la etapa», apuntó.
Esa etapa del jueves, de 160,5 kilómetros, encadena subidas y bajadas en los Vosgos, hasta una ascensión final (7 km al 8,7%), donde los especialistas en la montaña tienen su primera oportunidad importante en este Tour.
Una de las figuras a seguir el jueves será el joven prodigio colombiano Egan Bernal, que podría lanzar un primer aviso sobre sus opciones en este Tour.
Su compañero del Ineos y defensor del título en el Tour, Geraint Thomas, está pensando ya en la etapa del jueves.
«La Planche des Belles-Filles es una subida dura. La subí justo antes de la Vuelta a Suiza (de finales de junio), creo que es una ascensión que beneficia sobre todo a los escaladores más puros, como Egan. O en los otros equipos a Adam Yates y Nairo Quintana», estimó el corredor galés.