Russell gana en Singapur y McLaren es campeón de constructores

  • Noche gloriosa para George Russell de Mercedes-Benz que se impuso en el GP de Singapur, conde McLaren conquistó su segundo título de constructores de forma consecutiva.

George Russell (Mercedes) partió desde la pole y dominó la carrera para conseguir la victoria, imponiéndose por aproximadamente 5.4 segundos sobre Max Verstappen.

En tercer lugar cruzó Lando Norris (McLaren), seguido muy de cerca por su compañero Oscar Piastri, lo cual fue suficiente para que McLaren sumara los puntos necesarios para coronarse campeón de constructores de la temporada.

La lucha por el podio fue intensa: Norris presionó a Verstappen en las vueltas finales, pero no logró el rebase. Piastri, por su parte, mantuvo su posición y aseguró los puntos clave para el título.

Sin embargo, la jornada no fue tranquila para McLaren desde un punto de vista interno: en la apertura de la carrera hubo un incidente entre los dos pilotos del equipo, cuando Norris intentó un movimiento agresivo cerca de Piastri, generando críticas de este último por radio. Pero el día no dejó reparar el título conseguido.

Este GP confirmó que McLaren no solo lidera en resultados individuales, sino que también ha construido una estructura sólida y consistente para dominar como equipo durante toda la temporada.

¿Por qué McLaren se coronó?

Sólido dominio en el campeonato. Para llegar al Gran Premio de Singapur, McLaren llevaba una ventaja sólida en el campeonato de constructores. Con los resultados combinados de Norris y Piastri, necesitaban solo 13 puntos para certificar el título.

El hecho de que ambos pilotos terminaran en el podio aseguró esa renta. Aunque no ganaron la carrera, sumaron de forma óptima cuando más importaba.

Equilibrio entre rendimiento y fiabilidad

El éxito del equipo se basa no solo en el ritmo de carrera, sino en evitar fallos, penalizaciones o incidentes internos que pueden restar puntos. McLaren ha mantenido un nivel de consistencia notable durante la temporada.

Los comandos de equipo, estrategia de paradas y gestión de neumáticos funcionaron bien para mantener el ritmo y proteger las posiciones cuando estuvo bajo presión de otros.

Tensión interna que no descarrila

Aunque hubo roce entre Norris y Piastri en Singapur, lo más importante para el equipo fue que ese roce no derivó en un accidente grave ni en pérdidas de puesto importantes. En etapas decisivas, los equipos campeones suelen saber manejar —o tolerar— cierta tensión interna.

De hecho, a pesar del incidente, ninguno perdió su resultado esencial para el título, lo que habla de madurez estratégica del equipo.

Este título de constructores es especialmente simbólico, McLaren se convierte en campeón de constructores por segundo año consecutivo, algo que no lograban desde los años 1990–1991.

Rompe una sequía prolongada respecto a dominaciones sostenidas, consolidando la transición del equipo a contendiente estable en la F1 moderna.