El Gobierno de Rusia llamó a consultas a su embajador en Estados Unidos para analizar el futuro de las relaciones bilaterales, horas después de que la Inteligencia norteamericana señalará de nuevo a Moscú por presuntas injerencias electorales y de que el presidente, Joe Biden, describiese a su homólogo ruso, Vladimir Putin, como un «asesino».
La portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, Maria Zajarova, confirmó en un comunicado que el embajador Anatoli Antonov viajará próximamente a Moscú para «analizar cómo y hacia dónde se debe avanzar en las relaciones con Estados Unidos», según la agencia de noticias oficial Sputnik.
Tensión
La llamada a consultas de Antonov coincide con una nueva escalada de la tensión política, después de que el martes la Inteligencia estadounidense identificase a Rusia entre los países que supuestamente intentaron interferir en las elecciones de noviembre de 2020, en las que terminó imponiéndose Biden.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, insistió en que Moscú no se inmiscuyó en dichos comicios, mientras que un alto cargo de Exteriores enmarcó el informe norteamericano dentro de una campaña de «desinformación».
El propio Biden, sin embargo, se ha ceñido a la tesis de sus agencias de Inteligencia y en una entrevista con la cadena ABC señalado que Putin «pagará el precio» de la supuesta injerencia. El inquilino de la Casa Blanca ha ido más allá incluso y al ser preguntado sobre si Putin es un «asesino», ha dicho creer que «no tiene alma» y ha asentido: «sí, lo creo».
El presidente de la Duma de Estado, Viacheslav Volodin, cree que este tipo de declaraciones van «más allá del sentido común», según un mensaje publicado en su canal de Telegram. «Nadie puede hablar así de nuestro jefe de Estado», ha advertido.