El antiguo espía británico y soviético George Blake, uno de los más famosos agentes dobles de la época de la Guerra Fría, falleció a los 98 años, según han informado los medios de comunicación rusos.
«Ha llegado una noticia muy triste: ha fallecido el legendario George Blake«, ha afirmado el portavoz del Servicio de Inteligencia Exterior ruso (SVR), Sergei Ivanov, en declaraciones a la agencia de noticias rusa Sputnik.
También el presidente ruso, Vladimir Putin, ha expresado sus condolencias a la familia y amigos de Blake. «Acepten mi más sincero pésame por el fallecimiento de George Blake. El coronel Blake fue un brillante profesional con una especial vitalidad y coraje», ha afirmado Putin, quien también proviene de los servicios secretos.
«Valor incalculable»
En particular, Putin ha destacado el «valor incalculable» de la contribución de Blake para garantizar la paridad estratégica y mantener la paz en el planeta. «Este hombre legendario permanecerá en nuestros corazones para siempre», subrayó
Blake nació en 1922 en Róterdam, en Países Bajos, como George Behar, hijo de un judío sefardí que combatió en las filas británicas en la I Guerra Mundial y obtuvo la ciudadanía de ese país.
Colaboró con la resistencia contra los nazis y huyó a Reino Unido a través de Gibraltar. Entró a trabajar en los servicios secretos británicos, el MI6, en 1948, y pasó tres años preso en Corea del Norte.
Durante nueve años, tras ser enviado a Berlín, trabajó como agente doble para la Unión Soviética, que gracias a su información pudo detectar a al menos 40 agentes británicos enviados a la Europa del Este, 500 según las estimaciones del propio Blake.
Finalmente fue descubierto tras la traición de un espía polaco y condenado a 42 años de prisión encarcelado en 1961, pero en 1966 logró huir y viajar a la Unión Soviética, donde dio clases en la academia de espionaje de la KGB en Moscú y fue condecorado con la Orden de Lenin, la Orden de la Amistad, la Orden de la Bandera Roja y la Orden de la Guerra Patria.