La Administración Biden ha decidido hacer de la lucha contra la corrupción en Centroamérica uno de los pilares esenciales en la construcción de mecanismos de cooperación con los países del llamado Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador) para frenar la ola migratoria a su frontera sur, según lo hizo saber el enviado especial de la Casa Blanca, Ricardo Zúñiga, quien tras concluir una gira por estos países reafirmó que la corrupción e impunidad es una de las principales causas de la migración.
«La corrupción es algo que afecta las condiciones en Centroamérica de una forma importante, porque la percepción de la impunidad o la percepción de que las personas en posiciones poderosas pueden actuar sin freno cuando cometen actos de corrupción, tiene un impacto de desanimar a la población y contribuir a la sensación de que no tienen futuro en sus países», dijo en una conferencia de prensa telefónica al concluir su visita a Guatemala y El Salvador.
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Más caravanas
A pesar de que 2020 fue año marcado por pocas marchas de migrantes que recorren istmo centroamericano para llegar al vecino del norte, con la flexibilización de las restricciones del coronavirus se anticipan más caravanas.
Así, el enviado especial resaltó que el mensaje de la Casa Blanca a las administraciones de los países centroamericanos fue el compromiso de Biden «para aliviar las condiciones que han impulsado una migración masiva irregular para México y los Estados Unidos», a través de la construcción de nuevos mecanismos de cooperación.
¿Qué pasó con Bukele?
«Los problemas profundos en Centroamérica representan problemas profundos para Estados Unidos, se manifiestan en resultados en Estados Unidos», aseveró el enviado especial, quien restó importancia a ciertos obstáculos a los que se enfrentó en su viaje, como la negativa del presidente salvadoreño, Nayib Bukele, a recibirlo en aparente represalia por un supuesto desplante durante el viaje de este último a Washington, y que no viajó a Honduras y optó por reunirse con el canciller, Lizandro Rosales en la capital de Estados Unidos.
«En términos de los detalles de porqué decidieron no aceptar nuestra petición para ver al Presidente tendría que hablar con el Gobierno de El Salvador. La visita, como comenté, fue un éxito y todos los líderes, los presidentes, tienen su agenda y su trabajo que hacer, y no le doy mucha importancia», indicó.
Guatemala
Zúñiga dedicó un apartado especial a la situación de nuestro país, donde, aseguró, muchos críticos del Gobierno han tenido que huir del país. «Nosotros sabemos que hay mucha presión a la persona, en lo personal, en la vida profesional, no solamente en Guatemala, en muchas partes de Centroamérica. E infelizmente este fenómeno tiene que ser algo que tenemos que atender», indicó.
«Pensamos que es importante dar el apoyo a las personas que han luchado con tanta fuerza para mejorar las condiciones en Centroamérica, porque esas condiciones afectan a los intereses nacionales de Estados Unidos», añadió.
Zúñiga, por último, matizó que Estados Unidos ofrece ayuda y no tiene intención de suplantar un modelo de estado. «Nosotros no estamos tratando de imponer un modelo de los Estados Unidos. Estamos ayudando a nuestros socios a implementar sus propias leyes y sus propios compromisos», manifestó.
Reuniones
El enviado especial se reunió con varios ejecutivos del Estado, miembros del sector justicia, así como con líderes indígenas. Así el 7 de abril conversó con la actual magistrada a la Corte de Constitucionalidad (CC), Gloria Porras; y las juezas Jazmín Barrios y Erika Aifán y el titular de la Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI), Juan Francisco Sandoval.
De acuerdo con la delegación estadounidense, el enviado especial mostró su apoyo por el trabajo que lideran por el combate contra la corrupción e impunidad en Guatemala desde las tres instituciones. Entre las sesiones se abordó el tema sobre el fortalecimiento al sistema de justicia.