Resultados apretados en elecciones de Honduras; tensión persiste

  • Recuento de actas continúa en medio de denuncias de fraude y tensión política en el vecino país. No hay segunda vuelta electoral.

Los hondureños acudieron masivamente a las urnas en lo que parece será una de las elecciones más reñidas de los últimos tiempos, con una cerrada lucha por ganar la presidencia entre el conservador Nasry Asfura y el también opositor Salvador Nasralla.

Los hondureños no solo se elegían presidente, sino también 128 diputados al Congreso Nacional, corporaciones municipales y representantes al Parlamento Centroamericano.

Al cierre de la noche, los primeros datos difundidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE) arrojaban una ventaja para Nasry Asfura, del conservador Partido Nacional de Honduras (PNH), con aproximadamente 40,0 % de los votos contabilizados, mientras Nasralla, del Partido Liberal de Honduras (PLH), lo seguía muy de cerca con cerca del 39,7 %. 

Estos eran resultados provisionales divulgados anoche por La Prensa de Honduras.

La aspirante de izquierda, Rixi Moncada, del oficialista LIBRE, se ubicaba en un tercer lugar con cerca del 19–20 % del respaldo. 

En Honduras no hay posibilidad de una segunda vuelta, pues se declara ganador a quien obtenga más votos en esta única ronda electoral.

Según el conteo preliminar con poco más de 40 % de actas contabilizadas, la diferencia entre Asfura y Nasralla era reducida, lo que mantenía en tensión la expectativa de un posible viraje según cómo evolucionara el escrutinio. 

Ambiente tenso: denuncias y miedo a fraude

El proceso electoral se desarrolló bajo un clima de desconfianza ciudadana. Antes de las elecciones, encuestas proyectaban un empate técnico entre los tres principales aspirantes: Asfura, Nasralla y Moncada. 

Durante la jornada, la presidenta del CNE, Ana Paola Hall, advirtió que la difusión de supuestas “bocas de urna” constituía una violación a la Ley Electoral y generaba “confusión” en la ciudadanía. 

Además, recientes denuncias —incluyendo grabaciones que señalan posible manipulación de resultados con apoyo militar— han alimentado la desconfianza en amplios sectores políticos y sociales. 

La tensión se percibe también en sectores urbanos y rurales: ciudadanos expresan temor a que la elección derive en protestas, impugnaciones o incluso violencia si no se respeta el escrutinio final. 

El escrutinio continúa su curso, y el CNE ha pedido paciencia: todas las actas deben ser contadas y transmitidas oficialmente. 

Mientras tanto, algunos sectores ya anticipan reclamos; la candidata Moncada y sus partidarios amenazan con no reconocer los resultados si persisten sospechas de irregularidades. 

Además, según reportes internacionales, la elección de Asfura —si se consolida— podría significar un giro geopolítico, con posibles cambios en relaciones internacionales, incluida una reanudación de vínculos diplomáticos con Taiwán. 

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