- Los ingresos por remesas, convertidas en un apoyo monetario vital para las mujeres; Los migrantes guatemaltecos son los que más dinero envían individualmente a sus familias.
Voz de América
Karla Arévalo
Las remesas familiares se han convertido no sólo en un apoyo monetario clave para las mujeres en Guatemala, sino que han pasado a ser un “catalizador para el empoderamiento económico personal” de este grupo, caracterizado por su alta vulnerabilidad financiera, afirman expertos.
“Estos fondos no sólo ayudan a romper los ciclos de pobreza, sino que también brindan un salvavidas a las mujeres que escapan de la violencia de género”, explicó Betilde Muñoz-Pogossian, directora de Inclusión Social de la Organización de los Estados Americanos (OEA), durante un evento organizado por Diálogo Interamericano, un centro de pensamiento con sede en Washington, EEUU.
Según un estudio de esta institución, las guatemaltecas son económicamente muy vulnerables: dos tercios son amas de casa, más de la mitad depende de las remesas y sólo el 12 % posee una cuenta de ahorro.
De acuerdo con la investigación Mujeres, remesas e inclusión financiera en Guatemala, un camino hacia la independencia financiera, el 52 % de los ingresos totales de las mujeres en Guatemala proviene de las remesas. Mientras que en los hombres es solo el 43 %.
Esta desigualdad se agrava en las guatemaltecas de ascendencia maya, que tienen más dificultades para acceder a un teléfono celular y a la conexión internet, lo que se traduce a menos acceso a instituciones financieras.
Las amas de casa, las mujeres que trabajan en la agricultura y los estudiantes se encuentran entre los grupos que más dependen de las remesas.
Para Mileydi Guilarte, administradora adjunta para América Latina y el Caribe en la oficina de la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID), esta situación evidencia la necesidad de fortalecer la independencia financiera de la mujer guatemalteca.
“Un denominador común en esta conversación es la importancia de la inclusión financiera y el acceso a la banca para mujeres en Guatemala, pero yendo más allá también es importante crear sistemas que empoderen a las mujeres, que les den conocimiento de sus derechos, de sus oportunidades”, agregó en el conversatorio.
Además de aumentar los ingresos en un hogar, las remesas también tienen un efecto en los aumentos de ahorro.
Los datos muestran que las mujeres ahorran más a pesar de que sus ingresos son más bajos. Sin embargo, estas cantidades están un 10 % por debajo de los ahorros de los hombres.
La mayoría de las mujeres tienen su dinero guardado fuera de una institución bancaria. En cambio, los hombres tienden a tener más de dos productos financieros formales.
«Las mujeres sin ahorros formalizados tienden a tener ingresos más bajos. Las amas de casa y las mujeres de ascendencia maya son las más vulnerables en términos de acceso financiero», indica el estudio.
Esto ocurre porque particularmente este grupo tienen problemas de accesos a dispositivos electrónicos con conexión a Internet.
“Las mujeres que no tienen un teléfono móvil tienen un ingreso personal anual que es un 65 % más bajo que el de un hombre con un teléfono”, revela la investigación.
Para los expertos, las estrategias de desarrollo se deben centrar en dar a las mujeres recursos para crear activos que aumenten su independencia económica. Esto no sólo aumenta el conocimiento disponible para las guatemaltecas, sino que también mejora la inclusión financiera de las poblaciones que las rodean.
«Aumentar significativamente los ingresos de las mujeres es clave. Para lograr esto, es importante mejorar la posición ocupacional de las mujeres, reducir su carga de trabajo reproductiva y ampliar sus habilidades relacionadas con la economía digital y el conocimiento», agregó el estudio.
En 2023, las remesas a América Latina y el Caribe superaron los 160.000 millones de dólares representando el 5 % del ingreso total de la región, lo que marca una continuación en el patrón de crecimiento de años anteriores.
Los migrantes guatemaltecos son los que más dinero envían individualmente a Guatemala, con un promedio de 500 dólares mensuales. Estos fondos se utilizan para cubrir gastos ordinarios como manutención, educación, atención médica y vivienda.