Una reina de belleza iraní, buscada por Teherán por cargos criminales, obtuvo asilo político en Filipinas, dijo un funcionario, poniendo fin a un pulso de tres semanas en el aeropuerto de Manila.
A Bahareh Zare Bahari, que vivía en Filipinas desde 2014, se le negó la entrada al país en el aeropuerto de Manila, cuando regresaba de Dubái. Las autoridades filipinas habían recibido una orden de detención iraní.
Alegando que Teherán quería castigarla por su oposición al régimen teocrático de Irán, Bahari buscó el estatuto de refugiada y se instaló en un local del aeropuerto, utilizando las redes sociales para conseguir el apoyo de la comunidad internacional, incluido un llamado directo al presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte.
«Me matarán», dijo Bahari al periódico británico The Daily Telegraph el mes pasado, refiriéndose a las autoridades iraníes. El subsecretario de Justicia de Filipinas, Markk Perete, explicó a la AFP que se le había concedido asilo político y añadió que, por el momento, estaba detenida porque Irán había cursado una orden de arresto a través de Interpol bajo la acusación de agresión.
«Saldrá del aeropuerto y entrará en territorio filipino», dijo Perete, quien se negó a discutir los motivos por los que se le concedió asilo, citando las normas de confidencialidad de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Refugiados.
Bahari afirma que las autoridades iraníes dieron a Filipinas un «informe falso» sobre ella, y añadió que había estado hablando en las redes sociales para mostrar al pueblo de Irán como es «vivir sin guerra, con libertad, paz y amor».
«Mi deseo es que mi país alcance la libertad y la igualdad», dijo Zare Bahari en su perfil de candidata en el sitio web del concurso Miss Intercontinental, donde representó a Irán el año pasado.