Ing. Pedro Cruz
El Estado Islámico no representa a los musulmanes. Los ataques en París no representan al islam. La violencia, el extremismo, la falta de amor, compasión, tolerancia y piedad no son características de los seguidores de Alá. Sin embargo, después de los recientes atentados terroristas contra los franceses, el mundo le ha volteado la cara a los musulmanes.
A principios de este año, un hombre musulmán llevó a cabo un experimento social en Canadá, para probar que el islam no es igual al terrorismo. Él salió a la calle, en Toronto, acompañado de una cámara y un equipo de producción, con una venda en los ojos y un par de carteles que decían: Soy musulmán. Me etiquetan de terrorista. Yo confío en ti. ¿Tú confías en mí? Dame un abrazo. La mecánica era simple: él estaba dispuesto a abrazar a cualquier persona que así lo quisiera. La venda prevenía que supiera con quién estaba interactuando. La actividad fue todo un éxito, pues fueron más las personas que abrazaron al hombre que los que le huyeron.
Esto demuestra que, al final del día, todos somos personas. Son más los elementos que nos unen que los que nos separan. Por esta razón, varios líderes, tanto políticos como religiosos, han demostrado una unión frente a las amenazas. El mundo quiere y necesita paz.
La canciller alemana, Ángela Merkel, asistió el mes pasado a un debate en Suiza, donde se habló acerca del riesgo de la islamización de Europa. Merkel, quien es hija de un pastor protestante, sorprendió a los presentes. Ella afirmó que las personas deberían tener el valor de ser cristianos, saber fomentar el diálogo con los musulmanes, volver a la Iglesia, sumergirse de nuevo en la Biblia. Esta declaración demuestra que no deberíamos culpar a todos los musulmanes por las acciones de unos pocos.
La religión no debería ser motivo de separación. La fe no es motivo para aislar a la gente, ya que de esa forma terminamos aislados de la fe. Negar la religión y nuestra fe se ha vuelto moda, lo cual nos ha llevado a un abandono de los valores y principios, que son los cimientos de la sociedad.
El terrorismo islámico surgió como una forma -de ciertos islámicos- de defender sus creencias y purgar sus territorios de infieles, quienes son vistos como una interferencia y un problema ante las creencias de estos musulmanes. La violencia que caracteriza sus tácticas terroristas se justifica por la interpretación especial que le dan al Corán. Ellos piensan que este manuscrito dice que es permitido golpear la cabeza de los no creyentes en nombre del islam. Todas estas tácticas se hacen con el fin de intimidar a sus enemigos y llenar de miedo a la gente, para facilitar el control sobre ellos y echar a los infieles.
El poder de las agrupaciones terroristas, como ISIS, se origina de la convicción de sus reclutas. Esta es la única razón por la cual estas personas aceptan realizar peligrosas hazañas en nombre de sus creencias, como lo son los ataques suicidas o la construcción de bombas. Los involucrados deben estar convencidos de su decisión, porque, una vez están dentro, es casi imposible salir.
Estas organizaciones tienen tanto éxito en sus operaciones, ya que cuentan con una logística excepcional, conocimiento militar avanzado y gran cantidad de armamento. Además, la estrategia que escogieron las potencias occidentales para combatir al terrorismo islámico no ha sido tan efectiva como se ha esperado. Todavía no es posible predecir dónde se llevarán a cabo los diferentes ataques para prevenirlos y, muchas veces, ni siquiera se llega a capturar a los responsables.
Fomentar el miedo y el odio contra el islam no hace nada para debilitar esta estructura terrorista. Por el contrario, le brinda mayor poder para actuar. Esta red perversa y extremista busca debilitar a la humanidad, utilizando el islam para justificar su violencia. Sin embargo, debe quedar claro que no se puede combatir fuego con fuego, cuando la vida de tantas personas está en juego.
Estados Unidos afirma que se ha debilitado la capacidad bélica de respuesta que tienen estos grupos, pero no hay forma de probarlo. Debido a que muchas escuelas de los países musulmanes son usadas para campos de entrenamiento, las acciones que se pueden tomar son limitadas, pues siempre es posible reabastecer el armamento rápidamente, ya que estos grupos tienen gran capacidad económica.
Hay una gran cantidad de hombres que son delincuentes. Sin embargo, no consideramos que todos los hombres sean delincuentes. De la misma manera, es imposible que todos los musulmanes sean personas violentas e insensibles. No podemos etiquetarlos a todos por igual, porque son personas diferentes. Recordemos que las religiones tienen una base de amor, comprensión y perdón.
No nos dejemos ofuscar por la sorpresa y el dolor. Lo que necesitamos es acoger y ayudar a los buenos musulmanes que piden perdón por el resto, sin necesidad de hacerlo. Debemos reconciliarnos con las religiones, para regresar a lo básico. El amor, la comprensión y el perdón son vitales para que volvamos a encontrar nuestro camino.
Debemos reconciliarnos con las religiones, para regresar a lo básico. El amor, la comprensión y el perdón son vitales para que volvamos a encontrar nuestro camino