La única clínica especializada en eutanasia en Holanda, primer país que legalizó esta práctica en 2002, anunció el viernes que el año pasado registró más de 3,000 solicitudes, un récord, 22% más que el año anterior.
El centro de especialización en eutanasia, situado en La Haya, explica en un comunicado que el año pasado recibió 3,122 solicitudes, «mucho más de lo previsto». Aproximadamente 900 de esas solicitudes fueron aceptadas.
El centro asiste a los doctores en los procesos de eutanasia de sus pacientes y acoge a aquellos cuyo médico tratante no desea acceder a su petición de ayudarles a morir.
«Cada día laborable, 13 personas vienen a visitarnos y dicen: +Ayúdenme, no puedo continuar así+», según el director del establecimiento, Steven Pleiter, citado en el comunicado.
El número de solicitudes, que permaneció estable en 2017 y 2018, registró un fuerte aumento el año pasado, añade, sin dar ninguna explicación sobre esta evolución.
Según las últimas cifras oficiales disponibles publicadas por el ministerio de Salud, 6.126 personas recurrieron a la eutanasia en Holanda en 2018, de las cuales 12% fueron atendidas por la clínica. La mayoría de los casos se refieren a personas con cáncer.
La legislación holandesa permite que una persona mayor de 12 años solicite la eutanasia en condiciones estrictas. Los niños deben solicitar la autorización de sus padres o tutores hasta la edad de 16 años y éstos deben participar en el proceso para los adolescentes de 16 a 17 años.
Al menos dos médicos deben certificar que no hay otra solución razonable para el paciente y que su sufrimiento es insoportable y sin ninguna esperanza de mejora.
La decisión final de eutanasia es el resultado de un proceso complejo que implica entrevistas exhaustivas con el paciente, un análisis del historial médico y la verificación de la conformidad del proceso con la ley.