Madrid, España
Tras sus decepciones de esta temporada, Real Madrid y FC Barcelona han optado por dinamitar el mercado de pretemporada, que se abre oficialmente el lunes en España, pero los grandes desembolsos obligarán a vender para no contravenir el ‘fair play’ financiero.
La fiebre del oro
La Liga española vive su mercado estival más movido. Un año después de haber alcanzado la cima con 890 millones de euros en traspasos, los equipos de la Liga han invertido ya más de 800 millones de euros para el próximo curso, según el diario deportivo As, y esto no ha hecho nada más que comenzar.
Esta «fiebre del oro», como la bautizó As, se explica sobre todo por el Real Madrid y el Barcelona, obligados a generar ilusión entre sus socios.
«Con el fracaso del año pasado del Barcelona, porque no ganó la Champions, del Madrid porque no ganó nada y del Atlético, porque siempre le piden más, al final buscan hacer este tipo de esfuerzos», explica a la AFP Plácido Rodríguez Guerrero, profesor en la Universidad de Oviedo e investigador en Economía del Deporte.
Camino de todos los récords
El Real Madrid abrió las hostilidades en esta particular batalla a golpe de talonario, con la dirección de su entrenador Zinédine Zidane, que tiene la misión de reconstruir un proyecto ilusionante.
Los fichajes se han sucedido en el Santiago Bernabéu. Con la estrella belga Eden Hazard (más de 100 millones de euros), el atacante serbio Luka Jovic (65 millones de euros) o el lateral francés Ferland Mendy (48 millones de euros), entre otros, el Real Madrid ha gastado ya 303 millones de euros en incorporaciones, todo un récord para la entidad.
En el Barça, por ahora, el gran fichaje de la pretemporada es el prometedor mediocampista holandés Frenkie De Jong (75 millones de euros más 11 de bonificaciones).
Pero el club catalán espera golpear fuerte próximamente: el atacante francés Antoine Griezmann podría llegar en breve con el pago de su cláusula de rescisión, que cae a 120 millones de euros este lunes.
Y a ello se suma el ‘culebrón Neymar’. Dos años después de haber abandonado el Camp Nou para fichar por el París Saint-Germain, que pagó 222 millones de euros por él, el brasileño «quiere volver» al Barça, confirmó el jueves un vicepresidente del equipo azulgrana. Según la prensa española, el atacante brasileño tendría un «acuerdo verbal» con el club, pero faltaría la misión de convencer al PSG de dejar ir al jugador.
Llegada de liquidez
Pese a haber emprendido una costosa renovación de sus estadios, Real Madrid y Barcelona tienen recursos. Dominan la clasificación de los clubes con más ingresos del mundo según la consultora Deloitte, con 750 millones y 690 millones de euros de cifra de negocio en la campaña 2017-2018, respectivamente.
Según la Liga española (LaLiga), el coste bruto de los derechos de televisión, sumando los mercados nacional e internacional, va a pasar de los 5.000 millones de euros en la etapa 2016-2019 a los 6.300 millones para los tres años siguientes (2.100 millones de euros por año), sin contar los ingresos de las competiciones europeas.
«Un nuevo salto cualitativo y cuantitativo», resume LaLiga.
Buscando salidas
Real Madrid y Barça van a tener también que vender, para no contravenir el principio del ‘fair play’ financiero, de no gastar más de lo que se ingresa.
«Si no venden, no podrán fichar», resume el profesor Plácido Rodríguez Guerrero.
En el Barcelona, el presidente Josep María Bartomeu reconoció que la venta regular de jugadores ayudaba a «llegar al equilibrio» presupuestario. Para traer a Neymar habría que dar salida a su compatriota Philippe Coutinho o al francés Ousmane Dembélé…
En el Real Madrid la ecuación es similar… pero cuesta encontrar comprador para estrellas tan caras como el galés Gareth Bale o el colombiano James Rodríguez.
Por su parte, el Atlético de Madrid dispone de una importante entrada de dinero por las salidas de Griezmann, Lucas Hernández o Rodrigo.
Al equipo de Diego Simeone le falta ahora la reconstrucción. El Benfica ya ha comunicado una oferta de los ‘colchoneros’ de 126 millones de euros por el prometedor atacante luso Joao Félix. Seguramente no sería el último en aterrizar en el Metropolitano.