El Real Madrid se levantó en El Alcoraz (1-2) gracias a un doblete de Raphael Varane, protagonista inusual con su acierto, en un duelo que tuvo de todo y donde los vigentes campeones sacaron el orgullo que demandaba su entrenador en la rueda de prensa previa a la jornada 22 en LaLiga Santader.
Varane fue la extensión de ‘Zizou’ en el verde, el mejor reflejo de que todavía existen credenciales que ilusionen en este Real Madrid, aunque haya que «hacer cambios» la próxima temporada, tal y como reconoció Zidane este viernes. A Varane se le sumó Benzema, que rozó el gol en varias ocasiones, y a ellos un Vinicius que fue la mejor gasolina al comienzo.
Poco importaron las bajas, hasta ocho, algunas de ellas tan relevantes como la de Sergio Ramos, que este mismo sábado pasó por el quirófano, o la de Hazard, que apaga cualquier esperanza lesión tras lesión. Los blancos, casi sin banquillo y con la presencia de Chust y Marvin, dos canteranos, fueron a más con el paso de los minutos y supieron encontrar la versión que tanto gusta a su entrenador.
Zidane regresó al banquillo tras superar el coronavirus y lo hizo en un sábado que arrancó torcido incluso con el tiempo. La lluvia visitó el estadio altoaragonés dando velocidad a la pelota y a los pocos minutos Rafa Mir demostraba su gran confianza, tras el triplete en Zorrilla, con un disparo al lateral de la red. Fue el mejor en el equipo de Pacheta, que ha mejorado su horizonte aunque siga en el fondo de la tabla.
Vinicius tampoco dio con la tecla en el bando contrario, pero fue el más vertical, acelerando siempre pero fallando, también como casi siempre, como suele ser habitual, en el momento decisivo. Modric, con un tiro lejano, completó el bagaje ofensivo de un Real Madrid al que no le sentó nada bien el descanso. El Huesca se creció, ganó metros y sacó las costuras de la improvisada defensa merengue.
Javi Galán, a los dos minutos de la reanudación, marcó un auténtico golazo por la escuadra de Courtois dando alas a su equipo, que pudo haber cambiado la historia en el minuto 50 con un balón al larguero de Rafa Mir. El ex del Valencia tuvo el 2-0 en sus botas, pero el Madrid salió vivo y tiró de orgullo. Ahí cambió la película de principio a fin. Benzema contestó con la misma medicina.
El francés lanzó una falta al borde del área y el balón se quedó suspendido en el aire tras pegar en la madera. Cuando cayó, como si fuera una estalactica, Varane metió la cabeza y empató el duelo. Fue entonces cuando se sucedieron una tras otra las mejores ocasiones del conjunto de Zidane. Asensio, Benzema, en dos ocasiones, y Marcelo se toparon con un soberbio Álvaro Fernández.
Pero el portero del Huesca nada pudo hacer a seis minutos del final, en otra jugada a balón parado. En esta ocasión la jugada nació de las botas de Kroos y Casemiró remató llegando el rechace a un oportunista Varane, que sólo tuvo que empujarla en el segundo palo. Un triunfo de orgullo que da licencia al Real Madrid para seguir creyendo, a siete puntos del Atlético, y con dos partidos más, mientras que el Huesca frena su reacción tras el buen papel de las últimas semanas.