El obispo Álvaro Ramazzini Imero, nombrado el pasado domingo como nuevo cardenal de la iglesia católica por el papara Francisco, ha declarado que seguirá al frente de sus labores como «pastor», y que el cambio más significativo para él consiste en tener una «voz más fuerte» y poder trabajar cercano al propio Pontífice.
El obispo de Huehuetenango, que ha manifestado siempre su preocupación por lo más pobres de este país, ha dicho que seguirá siendo «la voz» de los desamparados y que no dejará de hablar de tomas sensibles, como son la situación de los migrantes y las «enormes injusticias» que existen en Guatemala.
En declaraciones a la prensa, dijo que viajará a roma para convertirse en el tercer cardenal de Guatemala. Antes fueron cardenales Mario Casariego y Rodolfo Quezada Toruño, aunque el primero era de nacionalidad salvadoreña, pero desarrolló su vida religiosa en nuestro país.
Monseñor Ramazzini ha sido de las voces más importantes que se han levantado en el país para defender los derechos de los guatemaltecos indocumentados en Estados Unidos y ha censurado fuertemente los operativo realizados por las autoridades migratorias de aquel país, los cuales muchas veces sirven para separara a las familias de los migrantes de manera violenta.
El religioso considera que los cientos de miles de guatemaltecos que inmigran hacia Estados Unidos lo hacen «no para huir de la violencia como en la época de la guerra, lo hacen para huir de la pobreza» que golpea con fuerza a las grandes mayorías del país.
El papa Francisco nombró el pasado domingo a 13 nuevos cardenales en todo el mundo, a quienes elevará al colegio cardenalicio el 5 de octubre próximo.
Ramazzini es visto en sectores conservadores del país como una voz «izquierdista», y en redes sociales circularon criticas a su apoyo a los migrantes y a los reclamos sociales que se producen en el interior. Sin embargo, el religioso se identifica a sí mismo como «un hombre que cree en el diálogo para resolver los graves problemas que nos aquejan».