- Uno de los mejores jugadores de la historia, el español Rafael Nadal se retiro ayer, tras una carrera en la que ganó todos los títulos posible
Carlos María Salvado
MADRID – Se despidió como los grandes. El resultado no era importante, lo importante era verle levantar la mano y decir: ¡Adiós!
El 19 de noviembre de 2024, queda registrado como el día que Rafael Nadal puso fin a una de las carreras más brillantes en la historia del tenis, despidiéndose en la Copa Davis, una competición que encarna el espíritu de lucha y entrega que siempre lo caracterizó.
Nadal no solo deja un legado imborrable en la cancha, sino también en los corazones de millones de fanáticos alrededor del mundo.
El rey de la arcilla y mucho más
Nadal nació en Manacor, Mallorca, el 3 de junio de 1986. Desde muy joven, mostró un talento innato para el deporte, destacándose por su tenacidad y espíritu competitivo. Bajo la guía de su tío Toni Nadal, desarrolló un estilo de juego basado en su increíble capacidad física y mental, combinado con un golpe de derecha devastador.
A lo largo de su carrera, Nadal acumuló un total de *22 títulos de Grand Slam, ubicándose entre los máximos ganadores históricos. Entre ellos, sus *14 títulos en Roland Garros lo consagraron como el indiscutido «Rey de la Arcilla», un récord que difícilmente será superado.
Pero Nadal fue mucho más que un especialista en tierra batida: también conquistó títulos en Wimbledon (2008, 2010), el Abierto de Australia (2009, 2022) y el US Open (2010, 2013, 2017, 2019), demostrando su versatilidad en todas las superficies.
La rivalidad más icónica: Nadal y Federer
Uno de los capítulos más memorables en la carrera de Nadal fue su histórica rivalidad con Roger Federer. Estos dos titanes del tenis compartieron la cancha en 40 ocasiones, con Nadal liderando el enfrentamiento directo 24-16.
Su final de Wimbledon 2008 es considerada por muchos como el mejor partido de todos los tiempos. En un duelo épico que duró casi cinco horas, Nadal se impuso en cinco sets para ganar su primer título en el césped londinense, en lo que fue una verdadera batalla de resistencia física y mental.
Fuera de la cancha, la relación entre Nadal y Federer trascendió la rivalidad. Ambos compartieron momentos emotivos, como en la despedida de Federer en la Laver Cup 2022, donde se vieron juntos, emocionados hasta las lágrimas, demostrando la profunda amistad y respeto mutuo que los une.
El desafío de Djokovic
Si Federer representó la elegancia y la creatividad, Novak Djokovic fue la prueba más dura para Nadal en términos de resistencia y estrategia. En 59 encuentros, Djokovic lidera 30-29, siendo la rivalidad más extensa de la era moderna. Sus enfrentamientos en finales de Grand Slam, especialmente en Roland Garros y el Abierto de Australia, definieron una era dorada del tenis.
El enfrentamiento en la final del Abierto de Australia 2012, que duró casi seis horas, es otro hito en la historia del deporte. Aunque Nadal cayó derrotado, su espíritu de lucha quedó inmortalizado.
El guerrero incansable
Las lesiones fueron el enemigo constante de Nadal. Desde problemas en las rodillas y muñecas hasta la reciente lesión en el psoas que lo mantuvo alejado durante gran parte de 2024, siempre logró regresar más fuerte. Este espíritu de superación lo convirtió en un modelo a seguir dentro y fuera de las canchas.
El legado de un campeón
Rafa Nadal se despide con un palmarés que incluye:
- 22 Grand Slams
- 36 títulos de Masters 1000
- 2 medallas olímpicas (oro en singles en Pekín 2008 y oro en dobles en Río 2016)
- 5 títulos de la Copa Davis con España
- Más de 1,000 victorias en el circuito ATP
Pero su legado va más allá de los trofeos. Nadal personifica los valores del esfuerzo, la humildad y la perseverancia. En un deporte dominado por egos, él siempre mostró un profundo respeto por sus rivales y un inquebrantable compromiso con el juego limpio.
Un adiós que no es un adiós
Aunque ha colgado la raqueta, Nadal ha dejado claro que seguirá vinculado al tenis, ya sea ya sea a través de su academia en Mallorca, formando a las nuevas generaciones, o como embajador del deporte que tanto ama.
El tenis pierde a uno de sus más grandes guerreros, pero el espíritu de Rafael Nadal vivirá para siempre en cada rincón donde se escuche el sonido de una pelota golpeando la raqueta. Gracias, Rafa, por regalarnos una era inolvidable.