Empresas farmacéuticas y laboratorios de investigación trabajan contra reloj para encontrar vacunas y tratamientos contra el nuevo coronavirus que se extiende por todo el mundo.
«Esto va a necesitar muchos ensayos, muchos errores, pero tenemos muchas opciones por explorar», dice Benjamin Neuman, un virólogo de la Universidad de Texas A&M en Texarkana.
La tarea se presenta complicada ya que nunca se ha logrado una vacuna muy eficaz para los humanos contra un patógeno de la familia de los coronavirus.
El presidente estadounidense, Donald Trump, exhortó a los científicos y la industria farmacéutica a acelerar la búsqueda, pero los expertos temen que haya poco margen de maniobra. Estos son algunos de los actores del sector farmacéutico, pequeños y grandes, que trabajan para derrotar al coronavirus.
Moderna
Objectivo: una vacuna
Posible disponibilidad: en año y medio
El primer ensayo clínico para probar una vacuna contra el nuevo coronavirus empezó este lunes en Seattle, indicaron las autoridades sanitarias estadounidenses.
La vacuna se llama mRNA-1273 y es obra de los científicos de los Institutos Nacionales de Salud estadounidenses y de la empresa de biotecnología Moderna, con sede en Cambridge, en el estado de Massachusetts.
Los participantes en el ensayo deberán pasar por distintas fases para determinar si la vacuna es eficaz y segura.
Funciona con la información genética de la parte del virus que se adhiere a las células y las infecta, unas puntas llamadas proteínas de espícula.
Esa información se almacena en una sustancia llamada «ARN mensajero» que transporta el código genético del ADN a las células.
El ADN es como un libro de referencia en una librería, y el ARN es similar a la fotocopia de una página de ese libro que contiene las instrucciones para llevar a cabo una tarea.
Si todo sale según lo previsto, la vacuna podría venderse de aquí a año y medio si la pandemia continúa hasta la próxima estación gripal, según el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, Anthony Fauci.
Gilead Sciences
Objetivo: un tratamiento
Posible disponibilidad: en los próximos meses
De todos los medicamentos que podrían combatir el coronavirus, el remdesivir de la compañía estadounidense Gilead podría ser el primero a la venta.
El antiviral se creó para luchar contra otros virus como el ébola, aunque no surtió efecto, y aún no ha sido aprobado en ningún sitio. Pero ha sido prometedor en el tratamiento de pacientes contagiados por el coronavirus en China, según médicos, y se ha utilizado para ayudar a curar a dos pacientes en Estados Unidos y en Francia.
Gilead ha lanzado la última fase de los ensayos clínicos en Asia, conocida como la «Fase 3».
«De momento solo hay un medicamento del que pensamos que podría tener una eficacia real, y se trata del remdesivir«, indicó en rueda de prensa Bruce Aylward, un funcionario de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según Fauci, asesor de Trump sobre el coronavirus, ese antiviral podría estar disponible «en los próximos meses».
El remdesivir se modifica en el interior del cuerpo humano para parecerse a uno de los cuatro elementos constitutivos del ADN, los nucleótidos.
Cuando los virus se replican, lo hacen «rápidamente y con un poco de negligencia», explica Neuman. El remdesivir podría incorporarse en el virus en una de esas réplicas. El antiviral añadiría al virus mutaciones no deseadas que podrían destruirlo.
Regeneron
Objetivo: tratamiento y vacuna
Posible disponibilidad: sin determinar
Regeneron desarrolló el año pasado un medicamento administrado por vía intravenosa, conocido como «anticuerpos monoclonales», que permitió mejorar de manera significativa la tasa de supervivencia de pacientes enfermos de ébola.
La empresa modificó genéticamente ratones para que tuvieran un sistema inmunitario parecido al de los seres humanos. Los ratones fueron expuestos a virus, formas atenuadas de virus o proteínas virales, para llevarlos a producir anticuerpos humanos, explica a la AFP Christos Kyratsous, vicepresidente de investigación en Regeneron.
Esos anticuerpos se aislaron después y fueron examinados para seleccionar los más eficaces. Luego se pusieron en cultivo en laboratorios, se purificaron y fueron administrados a humanos por vía intravenosa.
«Si todo va bien, y debería ser así, en las próximas semanas podremos saber cuáles son los mejores anticuerpos», y los ensayos clínicos podrían empezar este verano boreal, según Kyratsous.
El medicamento podría funcionar como tratamiento y también como vacuna aunque, en el segundo caso, sus efectos solo serían temporales, ya que los anticuerpos no acabarán formando parte de la memoria del sistema inmunitarios de las personas.
Regeneron intenta también luchar contra la inflamación de los pulmones que se produce en las formas más graves del nuevos coronavirus. Para ello utiliza otro de sus medicamentos, el Kevzara, destinado originalmente a tratar las inflamaciones provocadas por la artritis.
El Kevzara trataría por tanto un síntoma en lugar de atacar al virus.
Sanofi
Objetivo: una vacuna
Posible disponibilidad: sin determinar
El grupo farmacéutico francés Sanofi se unió al Departamento de Salud de Estados Unidos para desarrollar una vacuna, utilizando una «tecnología de recombinación del ADN».
Ésta consiste en combinar el ADN del virus con el ADN de un virus inofensivo para crear una nueva entidad celular capaz de provocar una respuesta inmunitaria.
Los antígenos creados por esa operación pueden reproducirse luego a gran escala.
Esa tecnología es la utilizada por Sanofi para su vacuna contra la gripe. Gracias a sus investigaciones sobre el SRAS, la empresa cree tener cierta ventaja a la hora de crear rápidamente una vacuna contra el nuevo coronavirus.
David Loew, vicepresidente ejecutivo y responsable de Sanofi Pasteur, cree que podrá tener una vacuna «en menos de seis meses» y lanzar un ensayo clínico dentro de «un año o un año y medio».
Inovio Pharmaceuticals
Objetivo: una vacuna
Posible disponibilidad: entregas de urgencia a finales de 2020
Inovio, una compañía estadounidense de biotecnología, trabaja desde su creación en 1983 en vacunas ADN, que funcionan como las vacunas a base de ARN mencionadas anteriormente.
«Prevemos empezar los ensayos clínicos en Estados Unidos en abril y, poco después, en China y en Corea del Sur, donde la epidemia afecta a más gente», declara en un comunicado el presidente de Inovio, J. Joseph Kim.
«Tenemos intención de entregar un millón de dosis de aquí a finales de año gracias a nuestros recursos y nuestras capacidades existentes».
Las otras investigaciones destacadas
Al igual que Moderna, CureVac trabaja con la universidad de Queensland en una vacuna con el «ARN mensajero». Su director ejecutivo, Daniel Menichella, se entrevistó con funcionarios de la Casa Blanca hace unos días y tiene previsto sacar una vacuna contra el coronavirus en los próximos meses.
La compañía británica GlaxoSmithKline (GSK) colabora con una empresa china para poner a disposición su tecnología de fabricación de adyuvantes para las vacunas contra las epidemias.
Los adyuvantes se añaden a algunas vacunas para aumentar la respuesta inmunitaria contra las infecciones.
En Estados Unidos, la empresa farmacéutica Johnson & Johnson se plantea utilizar algunos de sus medicamentos para ver si pueden ayudar a tratar los síntomas de los pacientes ya infectados por el virus.
La compañía trabaja también en la elaboración de una vacuna con una versión desactivada del patógeno.
La empresa californiana de biotecnología Vir aisló anticuerpos de supervivientes del SRAS para analizar si podían tratar el nuevo coronavirus. Su laboratorio ya desarrolló tratamientos contra el ébola y otras enfermedades.
La cloroquina, la forma sintética de la quinina, utilizada para tratar la malaria, también podría permitir luchar contra el coronavirus, y varios científicos piden más investigaciones al respecto.