WASHINGTON – En las películas que muestran el paisaje guatemalteco y los dramas que ebullen en esa cintura continental de volcanes convergen dramas cotidianos, como la migración, la violencia y otros abusos que revolucionan el motor creativo de los directores de cine.
El entorno centroamericano de por sí no es terreno fácil para ver una cinta de factura local proyectada en la pantalla grande. Las esperas de principio a fin de una producción se cuentan en varios años.
Hacer cine en Centroamérica y en países como Guatemala “es como una decisión empecinada en contar historias” comenta a la Voz de América el director guatemalteco Andrés Rodríguez, que trajo al festival de cine «Gala Film Fest: Latin American Innovation», en Washington, Roza un drama que le llevó siete años de trabajo, grabada en quiché y español.
El guatemalteco Andrés Rodríguez Alcerreca estudió producción de cine y tv en una universidad pequeña de la capital hace 15 años aproximadamente. Comenzó a hacer cortometrajes propios y trabajar en películas en puestos como producción o asistencias de dirección.
No creo que mi película sea experimental. Estoy intentando narrar de otra manera. Algo que es necesario para nuestra región es comenzar a contar las cosas como nosotros las contamos y no como nos dicen que las contemos».
Andrés Rodríguez Alcerreca
“Roza”, una coproducción guatemalteco-mexicana, ha sido seleccionada para participar en los talleres de desarrollo del Festival de Cine de Margarita, Cinergia Lab 2015, Panamá Film Lab 2015 y en IV Taller de desarrollo de proyectos de Ibermedia. “Roza” obtuvo el fondo Ibermedia y se filmó en marzo de 2019.
“Mi primera experiencia laboral fue como asistente de producción en una película de un director americano que se grabó en Antigua Guatemala en el 2005 o 2006. Pero mi primera experiencia en un proyecto que me marcó fue en el 2010 en la película ‘Distancia’ de Sergio Ramírez, porque me mostró una forma distinta de hacer cine, entre amigos, contando historias que para nosotros son importantes. En el cine me involucré trabajando en proyectos de amigos. Para mis proyectos siempre intenté involucrar a personas experimentadas para aprender de ellas; estas personas con el tiempo fueron confiando en mí como realizador y de esa forma fui consiguiendo aliados en el proceso, como por ejemplo para mi película o algunos de los demás proyectos que he realizado”.
“Me gusta contar historias pequeñas que hablan de lo que somos. En los últimos años me he enfocado en historias que nacen en distintos contextos de migración que existen en Guatemala y los desarraigos que se generan a través de esto”.
Ecos y retos
Al otro extremo del istmo, la directora costarricense Natalia Solórzano apuesta por el documental con la cinta Avanzaré tan despacio, que refleja la temática de la inmigración en su país y el camino que deben sortear para regularizar su situación los migrantes que llegan a Costa Rica.
Solórzano dice que las dificultades para los directores son varias, comenzando por canales de distribución que se vuelven escasos para las cintas de ficción y de cine de documental de la región. Los festivales internacionales siguen siendo una ventana para mostrar el cine centroamericano, dijo.
Esta creadora apunta también la importancia de las iniciativas independienes de distribución en los países de la región, que tratan de formar camino para que las cintas producidas por centroamericanos lleguen a salas y sean vistas en sus propias tierras.
«La distribución en Latinoamérica se nos hace bastane dificil, especialmente para las películas de cine independiente, que somos la mayoría, y películas documental todavía más; es un mundo muy intrin
La muestra de películas centroamericanas, que desde Nueva York con el proyecto Cinema Tropical intenta dirigir la mirada a las producciones de la región, y muestra que el cine centroamericano está produciendo cada vez cintas de mejor factura, no solo en temáticas, sino también en calidad de las producciones, y que ya ha logrado conseguir espacios en los festivales internacionales de renombre.
«Sin dada estamos en un gran momento» para las producciones en Centroamérica, dijo Rodriguez, que con esta edición del festival en Washington cumplio 11 años ininterrupidos de traer cine latinoamericano a la capital estadounidense.