El Museo Ixchel del Traje Indígena inaugura mañana a las 18.30 horas la primera exposición fotográfica, en conjunto, de Juan Deleón y Estuardo Vila, artistas y militantes del Club Fotográfico de Guatemala (CFG), la agrupación más antigua y de mayor prestigio en el país, que propició el encuentro de dos lentes, dos propuestas y una amistad.
Deleón y Vila, apasionados por esta disciplina, se conocieron en el 2012 cuando formaron parte de la directiva del CFG. De aquellas horas de trabajo en las que lograron concretar, entre muchas cosas, la edición (hoy anual) de un libro que recopila las mejores fotografías de quienes participan en los certámenes mensuales de la agrupación, surgió una entrañable amistad y una admiración por las técnicas que cada uno emplea en sus leitmotiv: Juan, interesado por el retrato y Estuardo por la naturaleza.
Ambos son testigos del mundo y con sus particulares estilos generan un ritmo orgánico de las formas, a las cuales les imprimen poesía y reflexión.
Semana Santa: luz y tinieblas
Deleón, directivo en dos ocasiones del CFG, y quien se define autodidacta en este arte, presenta en su muestra Semana Santa: luz y tinieblas, una serie de imágenes que retratan “el lado más claro y el más oscuro de las procesiones, con la sincera esperanza de que sea la primera (la luz), la que prevalezca sobre la segunda (las tinieblas)”, dice.
El original giro de esta propuesta tuvo bases experimentales. “Este año respondí a una convocatoria para participar en un concurso de fotografía religiosa, por eso durante la Semana Santa me lancé a las calles con la ilusión de capturar la magia y la mística de las procesiones. Sin embargo, me encontré con innumerables obstáculos para poder llevar a cabo mi cometido, ya que las hermandades constantemente me cerraron el paso”.
Este acontecimiento lo hizo pensar críticamente sobre, según sus palabras, «el contraste e ironía de la práctica religiosa en el país», así como en el injusto privilegio con el que cuentan los fotógrafos oficiales y autorizados por las hermandades. “Esa experiencia me hizo cuestionarme en dónde terminan los actos sinceros de la fe y en dónde comienzan los juegos de la apariencia y el poder. Por eso, más que una celebración, mi trabajo es un llamado a la reflexión”, comenta el artista.
Sublime exposición de gotas
Un fotógrafo no solo debe plasmar la belleza del mundo natural, sino también sus dramas, afirmaba el artista Estuardo Vila, quien describe su obra como “imágenes del pensamiento en la que se hace necesario el dominio de la técnica, la creatividad, el instinto y el reto. “Me he especializado en la fotografía de fauna y flora, con hincapié en las aves e insectos, y, aunque me siento cómodo al captar estas imágenes, este año decidí emprender un nuevo proyecto, tomándome el tiempo necesario para hacerle frente a este reto que implicó la concentración en los detalles”, cuenta.
Sublime exposición de gotas, el nombre de la muestra de Vila, documenta las explosiones de agua que suceden cuando un ave entra o sale de un río, o cuando realiza una pesca veloz para luego continuar con su vuelo. “Sintiendo cada vez mayor fascinación por estas formas abstractas y efímeras, dediqué mucho tiempo al estudio e investigación para construir una estructura que sostuviera mi equipo, permitiéndome captar con mejor control la caída de las gotas de agua. Esta herramienta y un tipo de lente macro me ayudaron a captar un universo de detalles que a simple vista no se ven».
«La naturaleza nunca dejará de maravillarme, como las sublimes formas que adquiere el agua cuando cae, a gotas o en cascada, limpia o mezclada con tintes de color”, explica.
La muestra permanecerá en el Museo Ixchel del Traje Indígena (6ta calle final zona 10, Centro Cultural Universidad Francisco Marroquín), hasta el 16 de agosto. El horario de visita es de 9 a 17 horas. Entrada gratuita.