Nueva York, Estados Unidos | AFP |
El escándalo Facebook despertó la inquietud y las dudas de los internautas sobre el uso de sus datos recabados por las redes sociales y los motores de búsqueda.
Este es un resumen de cómo funcionan, en momentos en que el jefe de Facebook, Mark Zuckerberg, presta este martes testimonio en el Congreso de Estados Unidos.
– Las redes sociales –
DATOS QUE RECOGE: Todo lo que un usuario escribe, por ejemplo en su página Facebook o en otras de sus «amigos», todas las fotos o videos que publica, todos los «Me gusta» sobre los que cliquea, todo lo que comparte, todo lo que consulta, la identidad de los usuarios con los que interactúa, o su geolocalización. Lo mismo sucede con Instagram y WhatsApp, filiales de Facebook, Snapchat o Twitter, aunque el abanico es menor en estas últimas plataformas. Si el usuario lo autoriza, Facebook puede también ir a buscar informaciones en los sitios internet que consulta mientras está conectado a la red social.
– DATOS QUE VENDE: Facebook asegura que no vende a sus clientes anunciantes los datos personales identificables o los datos agregados. Lo que vende es la posibilidad de que un anunciante llegue entre los usuarios de Facebook al público al que apunta, multiplicando así la eficacia de una campaña. «Facebook no está en el negocio de la venta de datos, está en el de la venta de píxels», resume Ryan Matzner, cofundador de Fueled, una empresa que crea aplicaciones para clientes.
Twitter, por su lado, vende tuits, o más bien el acceso a un motor de búsqueda interna para ver todos los mensajes publicados en un periodo dado.
LO QUE COMPARTEN: La inmensa mayoría de las redes sociales abren sus puertas a compañías externas que crean aplicaciones que se nutren en parte o totalmente de la explotación de los datos de usuarios de esas redes.
En el caso de Facebook, la parte pública, es decir toda la página para algunos, únicamente el nombre, apellido y la foto para otros, no necesita autorización del usuario, explica Ryan Matzner. En cambio la utilización del resto requiere el consentimiento del interesado, afirma.
Únicamente los datos bancarios o de pago que posee Facebook están fuera de límites. No obstante, matiza Matzner, «muchas cosas que eran posibles hace cinco, seis o siete años ya no lo son porque Facebook era más abierto en esa época».
Pero cuando los datos son recabados por estas aplicaciones, escapan a Facebook o a otras redes sociales.
«Es como aplicar una regla sobre la cual Facebook no tiene jurisdicción o interés. Y no hay herramientas (para recuperarlas), aunque alguien lo prometa», explica Chirag Shah, profesor de la Universidad de Rutgers y especialista en datos en las redes sociales.
«Cuando alguien accede a esos datos, Facebook no tiene manera de saber lo que harán con ellos», afirma Matzner. «Solo pueden creer en su palabra. Es como enviar un correo electrónico y preguntarse qué hará con él el destinatario. No lo sabes».
– Los motores de búsqueda –
LO QUE RECOGEN: Todos los datos que conciernen las búsquedas, la geolocalización u otros datos consultados. Como Google, Yahoo! (grupo Oath) o Bing (Microsoft), los principales motores de búsqueda están integrados en los gigantes de internet que proponen varios otros servicios a los internautas. A través de ellos, los grupos recaban datos adicionales, que cruzados con los recabados de los motores de búsqueda, trazan un perfil aún más preciso del internauta. «No precisas decirle a Google tu edad o tu sexo», explica Chirag Shah. «Pueden determinarlo gracias a una multitud de otros factores».
– LO QUE VENDEN: Al igual que las redes sociales, sus ingresos provienen en gran parte de la publicidad. No venden datos, sino el acceso a un consumidor de características muy precisas, fruto del cruce de datos del motor de búsqueda, pero también en el caso de Google, de todas las búsquedas y contenidos vistos en YouTube, su filial. Google incluso desde hace tiempo explota el contenido de los mensajes electrónicos de los internautas con una cuenta Gmail, pero en junio pasado anunció que no lo hará más.
– LO QUE COMPARTEN: Abren las puertas a otras programadores y a las aplicaciones, y a las redes sociales.
– ¿Hay límites? –
En Estados Unidos no existe casi ninguna ley que proteja la utilización de datos provenientes de las redes sociales o motores de búsqueda. Pero la autoridad reguladora, la Federal Trade Commission (FTC), las vigila y ha sancionado a Facebook a partir de 2011 por su gestión de datos personales. También concluyó un acuerdo con Google en 2013 por prácticas que atentaban contra la competencia.
En Canadá y Europa, hay límites para el uso de datos, sobre todo para lo que concierne informaciones ligadas a la salud, explica Ryan Berger, de la filial canadiense del bufete Norton Rose Fulbright. Subraya no obstante que la jurisprudencia sobre estos asuntos es casi inexistente.
En Europa, Facebook fue sancionado en 2017 con una multa de unos 135 millones de dólares por la Comisión Europea por compartir datos personales con WhatsApp.
En Francia, la Comisión Nacional de Informática y Libertades (CNIL) aplicó en mayo de 2017 una multa de 185.000 dólares a Facebook por «faltas» en su gestión de datos de los usuarios.
El nuevo reglamento general sobre la protección de datos (RGPD), un texto europeo que entrará en vigor el 25 de mayo, definirá normas más claras en la recolección de datos.