El presidente filipino Rodrigo Duterte reveló que sufre de miastenia autoinmune, enfermedad neuromuscular que puede provocar graves complicaciones y que ya se manifiesta por trastornos oculares.
La salud de Duterte, de 74 años, ha sido objeto de numerosas especulaciones desde que asumió el cargo en 2016. El presidente reveló que sufría de miastenia durante una aparición ante la comunidad filipina durante una visita a Rusia.
«Uno de mis ojos está más pequeño. Está girando sobre sí mismo», dijo según una transcripción de sus palabras difundida por la presidencia. «Es una miastenia grave. Una disfunción que afecta los nervios. Lo heredé de mi abuelo», añadió.
La miastenia, enfermedad autoinmune que se traduce en daños neuromusculares, se manifiesta en trastornos como un párpado que cae sobre el ojo, una visión borrosa, debilidades musculares o fatiga de los dedos.
Según el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH), hasta un 20% de los enfermos sufren una «crisis» que requiere asistencia respiratoria.
El presidente Duterte no ha indicado si ha presentado problemas graves como consecuencia de su enfermedad. Su oficina no proporcionó detalles, sino que se limitó a indicar que estaba bien. Anteriormente, el presidente filipino había hablado en varias ocasiones de sus problemas de salud y había explicado que por eso no asistía a reuniones y cumbres en el extranjero.
En octubre de 2018, había declarado que estaba esperando los resultados de una prueba de detección del cáncer, antes de anunciar varios días después que los exámenes habían sido negativos.
También mencionó sus dolores de cabeza y reveló que sufría de la enfermedad de Buerger, que afecta las venas y las arterias y que, por lo general, se debe al consumo de tabaco.
El presidente Duterte también reveló en 2016 que consumía fentanilo, un potente analgésico, debido a una lesión en la columna vertebral causada por un accidente de moto.