El líder independentista Carles Puigdemont defendió este viernes que puede gobernar Cataluña desde Bélgica y evitar así ser encarcelado si vuelve a España, donde la justicia lo busca por rebelión y sedición tras el fallido intento de secesión.
«En la prisión yo no podría dirigirme a la gente, no podría escribir, ni recibir a gente la única manera es poderlo seguir haciendo en libertad, con seguridad», afirmó Puigdemont en una entrevista a la emisora pública Catalunya Radio.
«No se puede hacer de presidente si soy presidiario (…) La única manera es poder continuar haciéndolo en libertad y con seguridad», agregó, asegurando que «hoy en día los grandes proyectos empresariales, académicos, de investigación, se gobiernan también y fundamentalmente con el uso de las nuevas tecnologías».
El líder independentista reconoce que «no son las condiciones de normalidad que nos gustarían» pero, añade, «es tristemente mucho más difícil poder hacerlo desde el Estado español, donde estaríamos en prisión».
Sus declaraciones llegan en medio de las consultas del nuevo presidente del parlamento catalán, Roger Torrent, con los distintos partidos para proponer a un candidato para la investidura tras las elecciones autonómicas del 21 de diciembre en las que los independentistas obtuvieron la mayoría absoluta.
Puigdemont, cesado de la presidencia regional a finales de octubre por el gobierno español de Mariano Rajoy, es el único aspirante tras un acuerdo entre su lista Juntos por Cataluña y el otro gran partido independentista, Izquierda Republicana de Cataluña (ERC).
Pero ante la posibilidad de ser detenido y encarcelado en España, quiere defender su candidatura y gobernar esta región de 7,5 millones de habitantes desde Bélgica aunque numerosos juristas afirmen que no encaja en el reglamento.
El gobierno central ya ha anunciado que recurrirá una investidura no presencial ante el Tribunal Constitucional e impedirá el nombramiento de Puigdemont, que debe ser firmado por el rey Felipe VI.
«Si el parlamento me ratifica como presidente, el jefe de Estado no tiene ningún derecho a subvertir este mandato», señaló Puigdemont.
Presidente desde enero de 2016, fue cesado por Rajoy el 27 de octubre justo después de que el parlamento catalán declarara unilateralmente la secesión.
Tras semanas de alta tensión, especialmente tras el el referéndum de autodeterminación inconstitucional del 1 de octubre marcado por la violencia policial, Madrid intervino la autonomía regional, disolvió el parlamento y convocó nuevas elecciones.
En su entrevista, el líder independentista defendió no sólo restituir el gobierno anterior sino también su política, marcada por la desobediencia a la justicia española y una estrategia hacia la ruptura unilateral con España.
«Tenemos un plan de restitución democrática, de las instituciones y de políticas (…) El resultado de estas elecciones es la validación de nuestro programa de gobierno», afirmó.