PROVOCATIO: El IGSS, de conquista a botín

José Alfredo Calderón

Historiador y analista político

Algunos entrábamos en dudas cuando Mario Vargas Llosa hablaba de reivindicar a Jacobo Árbenz y las conquistas de la Revolución de Octubre.  Debe despojarse a los socialistas, los comunistas y a la izquierda en general, de la bandera de la Revolución de Octubre y en particular, de la figura de Árbenz, palabras más o palabras menos, decía el premio nobel de literatura conocido por su afecto y pertenencia al neoliberalismo.  Primero fue el historiador argentino Carlos Sabino y luego el escritor peruano. El primero debía reescribir la historia oficial favoreciendo a las élites y el segundo, le pondría la tapa al pomo para despojar al pueblo, cultural e ideológicamente, de su líder, el “soldado del pueblo”.  A quien ahora reconoce Vargas como un visionario, un estadista moderno y procapitalista, lo cual es cierto, pero no con los matices que los académicos reconocemos.

Pero antes de esta jugada, que no les salió muy bien por cierto[1], el sueño dorado del empresariado organizado ha sido aprovechar las reservas financieras del IGSS. No es un secreto para nadie que las inversiones o desinversiones del Seguro Social, incluso la sola mención de hacerlas, eriza el pelo al sistema bancario y, en general, a todo el sector económico. Por eso, rompieron con la obligatoriedad constitucional para que las instituciones del Estado usasen solo al Banco de Guatemala y a El Crédito Hipotecario Nacional y empezaron a hacer negocios con BI, BANRURAL, GyT, BAM, BANTRAB y otros, cuyos personeros concedían coimas a los directivos del Seguro Social para que depositaran, ampliaran o simplemente no desinvirtieran de sus bancos.[2]

Para lograr esto, desde 1954, el sector empresarial tomó control de la presidencia del IGSS hasta la renuncia de Carlos Emilio Antonio Torrebiarte Lantzerdorffer (fallecido en 2008).  La llegada al poder del Frente Republicano Guatemalteco –FRG– representó la irrupción del capital emergente mezclado con el capital oligárquico y el trasnacional. Más por necesidad que por su gusto, los sectores oligárquicos[3] tuvieron que compartir más el pastel. La deuda política proveniente de la guerra interna, hizo que la oligarquía tuviera que lidiar con el general José Efraín Ríos Montt, su familia y sus adláteres (Juan Francisco Reyes principalmente). En este proceso, había sido nombrado Carlos Wohlers como presidente del seguro social pero fue capturado, procesado y condenado por corrupción (algo impensable si hubiera pertenecido a las élites).

Luego vendrían los famosos vídeos[4] de Luis Reyes Mayén (también empresario y financista electoral) que culminaron con su desaforo ilegal en la presidencia del IGSS. Como recordarán quienes tengan buena memoria, el presidente Otto Pérez Molina del partido Patriota, desalojó a la fuerza a Reyes (lo que incluyó personal militar y paramilitar) para colocar al oficial castrense Juan de Dios Rodríguez, también capturado, procesado y condenado por corrupción.[5]

Después de las funestas administraciones del Patriota, FCN y ahora VAMOS (que se estrena como continuidad de los anteriores) en la actualidad el presidente es Carlos Contreras (desde junio de 2015) ex ministro de trabajo del partido Patriota y anterior asesor laboral del CACIF[6]. Solo como pequeño recordatorio, debe anotarse que este personaje figuró en la primera terna que Pérez Molina propuso para sustituir a Roxana Baldetti en la Vicepresidencia, pero fue retirado por dudas legales.[7]

He hecho el esfuerzo de hilar este proceso, para referirme a las oportunistas iniciativas del gobierno proempresarial de Giammattei y de los propios empresarios, que ahora acuden a la reiterada idea de aprovechar las finanzas del Seguro Social, en desmedro de la clase trabajadora.[8]

Las variantes principales para terminar de destruir al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, conquista de la Revolución de Octubre y, por ende, del pueblo de Guatemala, son dos:

  1. La más burda: Que el IGSS financie el desempleo proveniente de la crisis, ya que los patronos están acudiendo a la suspensión definitiva de contratos de trabajo y (pobrecitos ellos) deben ser resguardados por el Seguro Social.
  2. La matizada: Que el Banco de Guatemala financie al Instituto para crear una especie de seguro laboral en favor de los empresarios.

Desde cualquier punto de vista (técnico, legal y moral) la propuesta es descabellada y cínica.  Además, contrario a lo que muchos piensan, la iniciativa no surge con la pandemia, sino que es un sueño acariciado de las élites desde hace muchos años, quienes ven en el Instituto, una carga innecesaria y un obstáculo para los seguros privados. Así mismo, para la llamada “clase política” es un botín. Ganan unos y ganan los otros.

Ni Carlos Sabino ni Vargas Llosa tuvieron éxito. De la clase trabajadora y la intelectualidad consciente depende que las iniciativas actuales no prosperen y que la conquista revolucionaria permanezca fiel a su naturaleza y principios.

José Alfredo Calderón E.

Historiador y analista político


[1] Incluso la Universidad Francisco Marroquín, una de las más entusiasmadas con el proyecto, tomó distancia de lo que ellos consideraron una salida del guion original. De hecho, el escritor disponía de la biblioteca de la universidad neoliberal, para trabajar largas horas en su quehacer.

[2] Al respecto, es importante rememorar los graves señalamientos en contra de estas instituciones bancarias privadas. De hecho, cuando se dio el caso Rosemberg, los empresarios clamaron por una auditoría forense al BANRURAL, la que no se dio porque Edgar Barquín (en ese entonces director de la Superintendencia de Bancos) condicionó proceder con dicha auditoría, siempre y cuando se hiciera en toda la banca, para investigar el lavado de dinero (fin del problema).

[3] Aquellos que vienen de la Colonia y cuya acumulación originaria de capital se consolidó hasta 1944.

[4] Aquellos editados por inteligencia militar y en donde aparecía el susodicho en situaciones muy comprometedoras con personal femenino del Instituto.

[5] A Rodríguez también se le vincula a graves violaciones a derechos humanos y delitos de lesa humanidad durante el conflicto armado. Para más detalles pueden visitar https://www.prensalibre.com/guatemala/politica/pugna-dirigir-igss_0_844115598-html/

[6] Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, industriales y Financieras de Guatemala. Las élites organizadas.

[7] Se puede revisar https://www.prensalibre.com/guatemala/politica/ministro-de-trabajo-seria-nuevo-presidente-del-igss/

[8] Debe recordarse que el IGSS es una entidad básicamente de patronos y trabajadores. Lamentablemente, la historia nos demuestra su manoseo y manipulación por parte de las élites y sus gobiernos impuestos.

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