PROVOCATIO: Baldizón y el sistema (2ª.  parte y final)

…el temor de las élites era respecto a lo siguiente: “…Manuel Baldizón generó más miedo pues no necesitaba de los fondos del sector privado tradicional para financiar su campaña, sino que contaba con recursos propios, de élites emergentes y de algunas fuentes ilegítimas.  Entonces, aunque la tradición de “le toca” había sido tolerada en elecciones anteriores, en 2015 ésta se volvió una verdadera amenaza al tratarse de un candidato sin el aval de los sectores que generalmente habían dado la venia para ser electo”.

José Alfredo Calderón E.

Historiador y analista político

Como ofrecí en la primera parte, hoy daré detales de cómo el leitmotiv de La Plaza siempre fue defenestrar a Baldizón.   Para el efecto, me valdré de algunos pasajes del libro “Disidencia y Disciplina” de la antropóloga Alejandra Colom quien, mediante entrevistas “anónimas” a empresarios y otros personajes, devela el verdadero fondo de la trama.  Entrecomillo la palabra anónima pues para los grandes empresarios fue fácil advertir la identidad de quienes dieron declaraciones, sufriendo por ello no solo el escarnio de las élites tradicionales, sino su venganza en donde más duele: los negocios compartidos directa o indirectamente.[i]

“El apoyo de la Embajada… generó una sensación de seguridad entre sectores que también apoyaban la lucha contra la corrupción y las acciones del MP y la CICIG.  Entre los grupos que se sintieron respaldados por la postura del gobierno de Estados Unidos había algunos empresarios agremiados y otros que, aunque no pertenecieran a cámaras, representaban un nuevo perfil de empresario grande públicamente alineado con temas que históricamente se habían asociado casi exclusivamente a la sociedad civil organizada.” (pp.  12-13).

Incluso FUNDESA y el CACIF se pronunciaron públicamente mediante sus cuentas oficiales en Twitter, apoyando al MP y a la CICIG.  (ejemplos en pp.  26) Por eso afirma: “En retrospectiva, para algunos participantes (empresarios), la verdadera fuerza del Paro Nacional del 2015 no fue una movilización masiva ciudadana, que, si bien, fue crucial, dependió realmente del respaldo del Gobierno de Estados Unidos…” (pp.  36-37).

Sin embargo, el entusiasmo empresarial empezó a decaer porque “…conforme se revelaban más y más detalles de los casos de corrupción, estos comenzaron a mostrar vínculos con el sector privado.” (pp.  39)Todo iba bien hasta que tocaron a los propios empresarios y se develó lo que muchos sabíamos: Ellos siempre fueron, y siguen siendo, la mano que mece la cuna en casi todas las cosas que pasan o no, en este No-país.  Por otra parte, la salida del Embajador Todd Robinson en diciembre 2017 terminó de debilitar al movimiento “ciudadano”

El tan popular recurso del chisme también fue utilizado por los grandes empresarios como mecanismo de control de sus pares, luego que el movimiento se había debilitado.  “Me contaron que te vieron con tal persona o grupo” y aludían a supuestas reuniones secretas entre empresarios progres y líderes de la sociedad civil o con el entonces Embajador Robinson.  De ahí empezaron a surgir listas negras para disciplinar a sus pares, que no se alinearon con la Restauración Conservadora. 

El chiste malintencionado también fue otro recurso utilizado para referirse a “empresarios comunistas” (¡aunque suene risible!).  Espero todavía recuerden la foto aquella que mostraba a Dionisio Gutiérrez con una boina…

Los clientes de algunos empresarios empezaron a inquietarse con estos, porque parecían “comunistas”.  Vemos como se utiliza el trillado fantasma del “comunismo” para escarmentar a quienes, sin serlo, se atreven a desafiar las directrices del empresariado ultramontano.  Ser izquierdoso pasó a convertirse en una amenaza para todo aquel que no estaba suficientemente ubicado a la derecha extrema.  Llegaron al colmo de proponer negocios corruptos a quienes no habían caído en el juego para hacerlos cómplices y ampliar el frente contra toda reforma a la justicia y la democracia controlada que les brindaba múltiples privilegios (pp.  67).

Hay un párrafo muy revelador que muestra cómo el temor sigue siendo un generador muy fuerte para muchas cosas: “Varios añadieron (empresarios entrevistados)  que el miedo a verse involucrados en casos de corrupción se mezcló con un miedo más antiguo: el de verse ligados a casos del conflicto armado interno, especialmente a los ocurridos durante el mandato del general Ríos Montt”.  Esta sensación de temor ya había surgido durante el juicio por genocidio, cuando un testigo del MP sorpresivamente involucra a Otto Pérez Molina.   Como es sabido, los presidentes son solo operadores de las élites, pero de involucrar a OPM a que los ligaran a ellos, no quedaba más que un paso. 

Hasta la endogamia oligárquica salió a colación por la persecución que se inició contra aquellos empresarios y sus familias, que habían apoyado la gesta ciudadana y las acciones del MP, CICIG y la Embajada.  “El problema aquí es que, como decimos coloquialmente, todo el mundo se casa con el primo del otro, que entonces compadre del no sé quién, porque entonces el hijo es socio en el negocio de la otra persona y entonces la hija… Es como una maraña… Supongo que es una maraña de la clase alta donde todo el mundo para siendo conocido [o pariente] de alguien (SIC participante 6).”

Al final, el pánico de las élites era respecto a lo siguiente: “…Manuel Baldizón generó más miedo pues no necesitaba de los fondos del sector privado tradicional para financiar su campaña, sino que contaba con recursos propios, de élites emergentes y de algunas fuentes ilegítimas.  Entonces, aunque la tradición de “le toca” había sido tolerada en elecciones anteriores, en 2015 ésta se volvió una verdadera amenaza al tratarse de un candidato sin el aval de los sectores que generalmente habían dado la venia para ser electo.” (pp.  20-25).

En 2023 surge un nuevo capítulo contra este expresidiario con mucha plata, pero sin el pedigrí y mucho menos, el apoyo de las clases dominantes.  El TSE no permite su inscripción como candidato a diputado del partido CAMBIO, pero, en forma inusitada, horas antes de escribir este artículo, el mismo organismo da marcha atrás y permite su inscripción.  Cualquiera diría que los magistrados del ente electoral recibieron mucho dinero para cambiar de opinión (obvio), pero quienes así puedan pensar, olvidan que los integrantes del TSE son solo operadores del sistema y no pueden tomar decisiones autónomas respecto de quienes los pusieron allí. 

Algo más extraño y profundo pasó.  Analizarlo a fondo requeriría otro artículo, pero dejo planteado dos escenarios:

  1. Baldizón aprendió la lección del 2015 y el rechazo 2023, por lo que pactócon la mano que mece la cuna, al mejor estilo de la Real Politik.  En este escenario, hay una variante: más que aprender la lección, Baldizón aprendió de los casos de Sandra y Zury, por lo que los pactos entre truhanes tienen duración limitada que en cualquier momento se modifica o cancela. 
  2. El sistema político-electoral diseñado, implementado y monitoreado desde hace mucho por los titiriteros del tinglado nacional goza todavía de salud y, por ello pueden manipular a cualquiera, incluyendo al poderoso Baldizón.  Falta camino por andar y el resultado final sobre su participación depende de tres cosas:
  3. Los términos y condiciones pactados con Giammattei.
  4. La postura de las élites para permitir que un alicaído presidente siga tomando decisiones en la recta final de su mandato.
  5. El interés del narco para tomar postura al respecto. 

Cualquier desenlace es ajeno al pueblo, el cual, como siempre, seguirá siendo el chompipe de la fiesta.


[i] La autora utilizó entrevistas anónimas a empresarios y las numeró, con la intención de no delatarlos, pero como se constató, las respuestas que dieron los hacía evidentes, pues entre ellos se conocen muy bien al ser un círculo elitario pequeño.

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