PROVOCATIO: A un paso de la primera crisis de Estado


Tres elementos se erigieron en el Talón de Aquiles del gobierno de Semilla: la acentuada falta de rumbo, la continuidad de la corrupción dentro del Organismo Ejecutivo y la sensación de contar con un presidente y gobierno inactivo, con poca o nula gestión y ejecución, e incluso, nada contundente para combatir los grandes males heredados.


José Alfredo Calderón E. (Historiador y analista político)

La semana que recién terminó nos presenta una versión más del enfrentamiento entre el presidente y la fiscal general, pero ahora, en el marco de un escenario crítico que no se había dado en estos 10 meses. De las escaramuzas entre estos dos funcionarios, pasamos a una crisis institucional de previsibles y nefastas consecuencias para el Estado democrático de derecho, la justicia y la institucionalidad pública.

Los enfrentamientos anteriores han finalizado con victorias parciales pero contundentes de la señora Porras, por lo que no queda duda sobre quien manda en esta pradera

El imaginario social marca un ring en el cual, la doña juega como la capitana del Pacto de Corruptos y adalid de las élites económicas ultraconservadoras; mientras tío Bernie (todavía con cariño) representa a la socialdemocracia alternativa, la “nueva primavera” y los sueños de cambio de un pueblo que se aferra a una esperanza etérea, pero al fin esperanza.

Tres elementos se erigieron en el Talón de Aquiles del gobierno de Semilla: la acentuada falta de rumbo, la continuidad de la corrupción dentro del Organismo Ejecutivo y la sensación de contar con un presidente y gobierno inactivo, con poca o nula gestión y ejecución, e incluso, nada contundente para combatir los grandes males heredados. No se trata de echarle la culpa al nuevo gobierno del desastre que dejaron Jimmy y Giammattei, pero sí de muchos errores que terminaron por desinflar las excesivas expectativas iniciales que ellos mismos contribuyeron a inflar.

Podríamos mencionar muchas pifias más, pero nos quedamos con estas: no arrancar con un plan de gobierno, pues fue hasta la segunda quincena de abril 2024 que se presentó; anunciar un improvisado programa de los primeros 100 días que no cumplió con las metas ofrecidas, así como la excesiva inclinación por la retórica (mucho ruido y pocas nueces); todo esto terminó por dañar la imagen presidencial, de la bancada y del partido, que sigue suspendido. Ni qué decir de la soberbia que invadió a muchos nuevos funcionarios, mostrándose intolerantes a cualquier crítica por mínima que fuera, al extremo maniqueísta de tildar de corruptos y golpistas a quien tratara de advertirles que debían corregir rumbo.

La polarización ha subido de tono y por primera vez, se empieza a hablar de una crisis de Estado y la posibilidad de un relevo en la silla presidencial. No son pocos los que voltean a ver a Karin Herrera dada la coyuntura actual. Se sabe la postura de los organismos Legislativo y Judicial, así como del MP y la Corte de Constitucionalidad, que han coludido sus esfuerzos por debilitar al mandatario. Por eso se habla de un presidente cada vez más solo.

El claro desgaste institucional tiene un claro perdedor: el presidente Arévalo. Poco a poco se ha ido diluyendo el discurso firme de los inicios del mandato y ahora más que nunca, la correlación asimétrica de fuerzas está definida.  La resignación por coexistir con la fiscal hasta el fin de su mandato, contrasta con las agresiones que continúan en forma sistémica y organizada. Los casos de Ligia Hernández y Félix Alvarado, devienen paradigmáticos en este proceso que puede concluir con la defenestración del presidente y que deja una clara lección para todo el funcionariado público: No te confíes, no tendrás respaldo cuando más lo necesites, todos somos una moneda de cambio.

El caso de Ligia es muy claro y la aceptación de cargos a la que tuvo que ceder, termina por asestar un golpe letal al partido y, por ende, al gobierno y la bancada en el Congreso. Lo de Félix Alvarado es más sutil y subterráneo. Negociaron su salida a cambio de la ampliación presupuestaria y la Ley de Infraestructura, por eso el tono de amargura del exministro cuando habla de claras diferencias con el presidente e incluso, lean esta referencia del programa “Con Criterio” del martes 19 de noviembre en el que entrevistan al exministro. “La decisión de @BArevalodeLeon de mantener en sus cargos a viceministros y directores en el @CIV_Guatemala motivó la salida de Félix Alvarado. Asegura que no tenía confianza y se enteró de una reunión entre la viceministra Constantino y la secretaria privada del presidente”.

Otro factor que opera en contra del gobierno, es la ambivalencia y la falta de comunicación y planificación estratégicas. Después de la “renuncia” de Alvarado, el MP allana dos de sus propiedades, en clara persecución política. Luego de esto, la presidencia anuncia el domingo 17, una conferencia de prensa para el lunes 18 de noviembre a las 12.00 horas (ya tarde); posteriormente la trasladan para el mismo domingo, pero la ejecutan con atraso y con dos resbalones. El discurso de Arévalo planta dos mensajes delicados: “La PNC no acatará órdenes ilegales provenientes del MP y citaré de urgencia a la fiscal general”.  Lo primero dio pie a la reacción inmediata del secretario del MP censurando a Arévalo y advirtiéndole de posibles delitos; lo cual se corona con un comunicado del Ministerio Público en ese sentido. Lo segundo, es de chiste.  Llega el martes 19 sin hacer la citación “urgente” y la señora Porras se adelanta a citar al mandatario, revirtiendo la jugada presidencial a favor de ella.

¿Y el respaldo de Arévalo? Los tres elementos que posibilitaron la llegada de Bernardo Arévalo fueron: La Comunidad Internacional (especialmente EE. UU.) la juventud y los pueblos indígenas. En el primer caso, el triunfo de Trump complica el panorama y la actuación del gobierno norteamericano ya no será la misma, por mucho que digan que Marco Rubio “apoyó” la llegada de Arévalo, lo cual es un enfoque patito de la geopolítica. El apoyo de la juventud y los pueblos indígenas ya no son lo incondicional y masivo que fueron en su momento; todo lo cual, deja en una situación muy vulnerable al presidente.

¿Qué falta para que presenciemos la primera crisis de Estado en este gobierno?  Un escenario en el que el Organismo Judicial se une –públicamente– a la narrativa del MP, indicando que las resoluciones de los jueces y magistrados, también deben cumplirse, sí o sí, previniendo a Arévalo a “respetar” el Estado de derecho, tal y como lo hizo la fiscal general. Así mismo, que el Congreso emita un punto resolutivo en ese sentido y que la todo poderosa Corte de Constitucionalidad intervenga, sea de oficio o a petición de cualquiera de las partes, instando al presidente a ser recatado y ceñirse al cumplimiento de la ley.

El tictac del reloj sigue su marcha y de la imagen de un presidente débil, pasamos a una situación de acorralamiento que puede acercar al mandatario al patíbulo político, con todas las consecuencias terribles que esto implica.  


LEE ADEMÁS:


situs gacor maxwin akun pro resmi jackpot semanis gula link pasti jackpot meledak jedar jeder bongkar pola gacor depo sekali cuan situs paling gacor strategi maxwin kocak super gampang maxwin