Precisamente sobre esta indignación fantasiosa quisiera aportar, pues este fenómeno no sucede ante la falta de agua o los ya inmanejables problemas del tránsito y basura, la nulidad del transporte o de otras carencias, como alumbrado público, el estado de las calles y avenidas, pasos a desnivel mal diseñados y peor implementados, que solo agudizan más el caos; semáforos ineficientes supuestamente inteligentes (que se compraron ya hace más de un año) que no ayudan en nada y para coronar, entre tanto que se puede decir, con una Policía Municipal de Tránsito altanera con los débiles y condescendiente con quien consideran de igual especie que sus jefes: la clica que malgobierna Tu Muni desde los años ochenta».
José Alfredo Calderón E. (Historiador y analista político)
Al igual que en mis columnas, lo que publico en redes sociales persigue el mismo objetivo: Provocar pensamiento reflexivo. Respecto de esto, hay muchos que captan la provocación y su esencia, respondiendo en consecuencia; mientras que otros, reaccionan de acuerdo a su historia personal de vida, su forma particular de ver la realidad y las herramientas que usan para pensar.
Una publicación sobre la irracionalidad de participar en las actividades de una administración municipal que ha “destacado” por la inutilidad y sesgo de su gestión, desató, sobre todo en X, muchas reacciones. Si bien la mayoría mostró aprobación hacia la crítica, también hubo un porcentaje de indignación ante mi observación.
Precisamente sobre esta indignación fantasiosa quisiera aportar, pues este fenómeno no sucede ante la falta de agua o los ya inmanejables problemas del tránsito y basura, la nulidad del transporte o de otras carencias, como alumbrado público, el estado de las calles y avenidas, pasos a desnivel mal diseñados y peor implementados, que solo agudizan más el caos; semáforos ineficientes supuestamente inteligentes (que se compraron ya hace más de un año) que no ayudan en nada y para coronar, entre tanto que se puede decir, con una Policía Municipal de Tránsito altanera con los débiles y condescendiente con quien consideran de igual especie que sus jefes: la clica que malgobierna Tu Muni desde los años ochenta.
Es impresionante la forma en que algunos clasemedieros defienden las actividades engañabobos de la administración municipal. Pero lo que es verdaderamente inverosímil, es ver cómo las capas medias depauperadas y los sectores populares que no aceptan su condición de precariedad, defienden su participación en una media maratón periódica, que reúne a miles de vecinos. Lo que deja perplejo en realidad, es que encima de todo ¡paguen por participar! De los sectores acomodados (minoritarios) se entiende, pues es la base en la que se asienta esta desastrosa administración.
Muchas veces he mencionado cómo las élites nos tienen medidos, baboseados y dóciles. He usado el símil de los hámsteres en jaula. Su rutina se basa en dormir, comer, jugar en la ruedita estática, hacer sus necesidades y luego repetir la rutina indefectiblemente, sin ningún atisbo de su condición de enjaulados y dependientes de su amo.
También quisiera llamar la atención sobre la soberana tontería, repetida como mantra por muchos, en torno a que el deporte no es política, y que deben separarse. Precisamente en mi curso de Ciencia Política en la universidad, empiezo por lo más básico: Cómo la política impregna todo, incluyendo actividades que excluimos de la misma, tales como las actividades lúdicas, la adherencia religiosa a algún culto, la participación de vecinos en los comités de colonia o barrio, la propia crianza en casa y miles de espacios y dinámicas más.
Un ejercicio que refuerza el tema es preguntar a mis alumnos si piensan que las ideologías ya no existen y si todos las tenemos o no, sea en forma consciente o inconsciente. Para quienes afirman (la mayoría) que no existen más, les hago preguntas sencillas sobre cómo creen que debería ser la educación pública: privada, gratuita y pública o mixta. También inquiero sobre la salud, la administración del deporte, del arte y la cultura, así como de los temas ambientales, entre tantos espacios de consulta. Sin variante alguna, todas, absolutamente todas las respuestas se basan en ideología e influencia política.
La ideología se forma desde el hogar, desde el barrio, desde la pertenencia o no a una iglesia, de la relación con amigos y familiares, la influencia de maestros, vecinos y de quienes tomamos como referentes. Nuestra mente es bombardeada por nuestros seres más cercanos, por los medios de comunicación y entretenimiento y, por supuesto, las ya dominantes redes sociales. A temprana edad muchos manifiestan esa influencia bajo la forma de comentarios en torno a lo que consideran bueno o malo, conveniente o inconveniente, moral e inmoral, etc.
No importa que los padres, siendo su primera influencia, tengan o no formación política o acepten o nieguen tener una ideología. Siempre orientarán a sus hijos sobre muchas cosas que ¡Oh paradoja! están impregnadas de ideología y los efectos de la política, asumidos o no.
Las reacciones en Facebook y X me sirven para corroborar lo que sostengo: las élites y sus adláteres nos estudian a fondo, sobre todo en lo que a comportamiento humano se refiere; invierten –además– en cuadros para planificar el futuro, incluso, algunos hasta filiación izquierdista. Por increíble que parezca, los intelectuales que les asesoran han leído a Antonio Gramsci, y saben que la hegemonía se puede construir mediante la coerción, pero también por el consenso.
Mientras tanto, las mayorías se debaten en la sobrevivencia del día a día y quienes hemos tenido el privilegio del estudio y el avance en la pirámide de Abraham Maslow, somos minoría y nuestra esfera de influencia es bastante limitada.
Nada mejor para las élites dominantes que el pan y el circo juntos, solo que en el caso de Miwate, es poco pan y mucho circo. ¡Hasta la próxima 21k y la ya anunciada 42k!
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