Violentas protestas se registraban este miércoles en el centro de La Paz entre manifestantes leales al expresidente Evo Morales y efectivos policiales y militares, que sacaron a las calles al menos una tanqueta, en el primer día del gobierno provisional de Bolivia.
Los choques se registraban a tres cuadras de la plaza Murillo donde en ese mismo momento la presidente interina, Jeanine Áñez, posesionaba a su nuevo mando militar, constataron periodistas de la AFP.
Los manifestantes, muchos llegados de El Alto, ciudad vecina habitada mayormente por migrantes, exigen la restitución de Morales al poder y el respeto a sus símbolos como la ‘whipala’, que representa a las nacionalidades indígenas y que fue irrespetada por policías en los días previos.
Los policías lanzaron bombardas de gas lacrimógeno a los manifestantes, que se parapetaron en la plaza de San Francisco, escenario de históricos eventos políticos, mientras una tanqueta blindada recorría el perímetro, aunque no efectuó ningún disparo, aparentemente con fines disuasivos.
Los disturbios se desarrollaban en momentos en que la presidenta provisonal posesionaba al nuevo mando de las Fuerzas Armadas y le pedía pacificar el país.
El «Estado nos necesita más que nunca para mantener la paz», reafirmó el general Carlos Orellana, nuevo comandante de las tres ramas de las fuerzas armadas (ejército, aviación y armada).
Las manifestaciones se han concentrado en La Paz, Cochabamba, Sucre y Santa Cruz, donde los indígenas han desplegado cortes de ruta en apoyo de Morales, asilado en México, quien se dijo este miércoles dispuesto a retornar para apaciguar el país.