La producción de petróleo de Venezuela se recuperó levemente en octubre pasado al cerrar en 761,000 barriles por día (bpd), 12,000 más que en septiembre, informó la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Fuentes secundarias consultadas por la organización aseguran, por su parte, que el bombeo fue de 687,000 bpd en octubre, 42,000 más que en septiembre.
La producción de crudo, que aporta 96% de los ingresos del país, ha venido derrumbándose para ubicarse en los peores niveles en 30 años. Hace una década alcanzaba 3.2 millones de barriles por día.
Además, Venezuela ha tenido que limitar su oferta por las sanciones estadounidenses contra la petrolera estatal PDVSA y la falta de inversiones.
Desde el 28 de abril pasado, Washington aplica un embargo como parte de una batería de sanciones para presionar la salida del poder del presidente socialista, Nicolás Maduro, a quien considera ilegítimo y tilda de «dictador».
El pasado lunes, Maduro afirmó que por «primera vez» el país dispone de una «reserva de petróleo líquida» de 30 millones barriles, equivalentes a «1,500 millones de dólares», que ha dispuesto como soporte de la criptomoneda nacional Petro, con la que espera eludir las sanciones estadounidenses.
Venezuela posee las mayores reservas probadas de crudo del mundo.
Con dos años al frente de PDVSA y del ministerio de Petróleo, el general Manuel Quevedo aseguró en un foro energético en Moscú a principios de octubre que en 2019 se prevé volver a los niveles de producción de 2018, entre 1.5 y 1.6 millones de bpd.
La otrora potencia petrolera afronta la crisis más severa de su historia reciente con una inflación que treparía a 200,000% en 2019, según el FMI, además de apagones recrudecidos desde marzo y escasez de combustible en el interior del país.