El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, consideró este viernes que se «respetaron los derechos humanos» de cientos de migrantes centroamericanos detenidos el jueves por las fuerzas mexicanas.
Los emigrantes ingresaron de manera ilegal al país desde Guatemala con la intención de llegar a Estados Unidos.
«Se les ofreció refugio, trabajo, todo… Y pues es un movimiento no espontáneo, claro que hay la necesidad, pero hay una conducción política (…) Afortunadamente se han respetado los derechos humanos», dijo el mandatario en su habitual conferencia matutina.
Efectivos de la Guardia Nacional mexicana detuvieron el jueves con golpes y gases lacrimógenos a 800 emigrantes centroamericanos de la llamada Caravana 2020 que intentaban transitar por la frontera sur de México causando un ambiente de mucha tensión, e incluso provocando crisis de pánico entre mujeres y niños, constató la AFP.
El ministerio de Gobernación informó la noche del jueves que en total fueron «rescatadas 800 personas migrantes de origen centroamericano (…), luego de ingresar hoy (jueves) de manera irregular por la zona fronteriza de Chiapas».
«Todos los días estamos recomendando… que se respeten los derechos humanos, que se cuide que no haya heridos», señaló AMLO, el acrónimo con el que se le conoce al presidente mexicano.
López Obrador aseguró que los emigrantes centroamericanos, en su mayoría procedentes de Honduras, han recibido atención médica, comida y refugio.
La sección mexicana de la organización Human Rights Watch (HRW) señaló a México en su informe anual por violar los derechos humanos de los migrantes que transitan por su territorio para solicitar asilo en Estados Unidos, una práctica que frecuentemente involucra a autoridades locales.
La llamada Caravana 2020, que salió el 14 de enero de Honduras, ha ido aumentando a su paso por Guatemala con la incorporación de guatemaltecos, salvadoreños y nicaragüenses.
Más de 3.500 emigrantes integran el grupo, según estimaciones de autoridades migratorias centroamericanas.
Tras las multitudinarias caravanas de finales de 2018 y principios de 2019, el presidente estadounidense Donald Trump amenazó a México con sanciones comerciales si no tomaba medidas para detener la oleada migratoria.
López Obrador desplegó entonces unos 26.000 militares en sus fronteras norte y sur.