La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, proclamó su victoria el sábado en las elecciones presidenciales celebradas durante la jornada en esta isla de 23 millones de habitantes y que serán cruciales para el futuro de sus relaciones con China.
«Taiwán está mostrando al mundo cuánto apreciamos nuestro estilo de vida libre y democrático y nuestra nación», dijo a la prensa la dirigente.
Su principal rival, Han Kuo-yu, aceptó su derrota y llamó a la presidenta saliente para felicitarla.
La cadena de televisión, SET TV, daba a Tsai un 57.7% de los votos y a Han Kuo-yu, 56.7%, una vez escrutados 10 millones de votos.
Los dos candidatos tienen visiones divergentes sobre el futuro de la isla y de sus relaciones con Pekín, principal socio comercial.
Tsai se distancia del autoritarismo chino y dijo que confiaba en su victoria para hacer «la democracia taiwanesa más fuerte».
Taiwán, que tiene su propia moneda, bandera, ejército, diplomacia y gobierno está de hecho separada políticamente de China desde hace 70 años. Pero solamente un puñado cada vez menor de países reconoce a la isla como país independiente.