La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, relevó este martes a su influyente ministro de la Presidencia, Jerjes Justiniano, tres semanas después de nombrarlo en el cargo y luego de denuncias públicas en su contra.
«He decidido designar a Yerko Núñez como nuevo ministro de la Presidencia. El ministro Núñez es una persona con amplia experiencia en la administración del Estado y es un hombre de mi entera confianza», afirmó la mandataria, en un acto público en el Palacio Presidencial.
La derechista Áñez asumió la presidencia el pasado 12 de noviembre, tras la renuncia de Evo Morales, en medio de una fuerte convulsión social, y un día después posesionó a Justiniano en el cargo, mientras que Núñez fue nombrado para el Ministerio de Obras Públicas.
La mandataria esgrimió para el cambio que «el gobierno requiere de manera urgente un enfoque nuevo en la gestión» para una reactivación económica rápida y que tal fin debe realizarse «sin obstáculos políticos y burocráticos», sin más referencias a Justiniano.
El exministro apareció involucrado esta semana en dos denuncias públicas: una de Danilo Romano, un viceministro de Comunicación, que lo acusó de presionarlo para contratar a consultoras internacionales en comunicación, y en otra de Nancy Carrasco, una fiscal, de cometer injerencia en un caso judicial.
Justiniano, antes de su remoción, negó haber presionado a los denunciantes. Desde su cuenta en Twitter dijo que «me he dedicado tan solo a trabajar por mi país, creo que algo hicimos, como para ahora recibir solo ingratitudes».
El exministro fue pieza clave en el gobierno de Áñez para alcanzar acuerdos de pacificación con sindicatos de campesinos y obreros leales al expresidente Morales, asilado en México, y para concertar una ley con los parlamentarios de oposición para convocar a elecciones generales.