- ¿Qué pasó? ¿Cuánto costó? ¿Quién promueve?… muchas dudas en el ambiente tras maratónica sesión del Congreso entre martes y madrugada del miércoles.
Crispino Picón Rojas
La mañana del martes en los corrillos del Congreso de la República se veía a diputados ir y venir. Otros hablando insistentemente en sus celulares, enviando, recibiendo y borrando mensajes. El ambiente es que «algo grande se está tramando».
La sesión, convocada para las 14:00 horas, principió con dos horas de retraso, precisamente por las «negociaciones de último momento» entre bancadas y diputados independientes. Solo un grupo de los «ultraopositores» no fue tomado en cuenta.
Pero lo que siguió fue patético, porque mostró que los políticos no cambian y que «las viejas costumbres» parlamentarias volvieron a predominar, luego de 12 horas de aprobación de decretos, con un sin número de mociones privilegiadas y enmiendas de curul.
Mi conclusión, al término de la jornada parlamentaria es que esta legislación se echo un gran plato de «mas de lo mismo». Aquí las preguntas sin respuesta –al menos no tan clara–, que flotan en el ambiente y sobre las cabezas de los parlamentarios:
- ¿Quién fue el artífice de los contubernios para lograr un bloque tan sólido de diputados oficialistas y opositores?
- ¿Cuánto habrá cobrado cada diputado para la reforma a la Ley del Crimen Organizado y el Presupuesto 2025?
- ¿De dónde surgió la brillante idea de incrementar el sueldo de los dipucacos a casi Q49 mil morlacos?
- ¿Por qué ningún diputado alzó su voz para oponerse a ese aumento que es indignante en un país con tanta pobreza?
- ¿Se repetirá la frustración del pueblo con Semilla, como sucedió con Jimmy Morales que ofrecía no ser ni corrupto ni ladrón, y resultó más largo que la cuaresma?
- ¿Por qué el oficialismo no aprovechó para impulsar las reformas a la Ley del MP?
- ¿Será que muchas de las llamadas que recibían diputados de diferentes bancadas provenían de Gerona (MP)?
- ¿Cuánto del Presupuesto 2025 irá a parar a los bolsillos de los alegres dipucacos, además de lo que ya se embolsaron con su voto?
- ¿Por qué ya no hay protestas populares por este tipo de abusos de parte del Congreso?
- ¿Será que el presidente Bernardo Arévalo censurará este tipo de comportamientos o se quedará calladito?