Portugal comienza este lunes a aligerar las medidas de confinamiento con la reapertura de pequeños comercios, peluquerías y concesionarios de automóviles, pero los portugueses tendrán que observar reglas de distanciamiento físico estrictas.
El uso de mascarillas o viseras protectoras es obligatorio en tiendas, servicios públicos y el transporte, según el plan de desconfinamiento del gobierno, que se aplicará de forma escalonada durante todo el mes de mayo.
En el transporte público, infringir esta norma se sancionará con una multa de hasta 350 euros.
Los comercios no podrán abrir hasta las 10 (09H00 GMT) y tendrán que cumplir las reglas de distanciamiento, mientras que las peluquerías y los salones de belleza solo atenderán con cita previa.
La jornada de hoy está completa, no queda ninguna hora libre, aseguró a la AFP Miguel García, propietario de una peluquería del centro de Lisboa.
Portugal levantó el domingo el estado de emergencia vigente desde el 19 de marzo y que permitió al gobierno restringir la libertad de circulación para frenar la propagación de la pandemia del coronavirus.
Lo sustituyó por el estado de calamidad pública, que insta a los portugueses a respetar el «deber cívico de quedarse en casa».
El teletrabajo sigue siendo la norma siempre que sea posible, mientras que las concentraciones de más de 10 personas están prohibidas.
En la segunda quincena de mayo, el plan de desconfinamiento contempla la reanudación de algunas clases para estudiantes de secundaria. La enseñanza a distancia se mantiene hasta el final del año escolar para las escuelas de educación primaria y los institutos.
Los museos y galerías de arte, los bares y restaurantes, todos ellos sujetos a nuevas normas de seguridad sanitaria, comenzarán a reabrir el 18 de mayo.
Los jugadores de los principales clubes de fútbol retoman el lunes los entrenamientos individuales y se espera que el campeonato nacional se reanude el último fin de semana de mayo, mientras que los teatros, cines y grandes almacenes tendrán que esperar hasta el 1 de junio para reabrir sus puertas.
Portugal se ha visto menos afectado por la pandemia que otros países europeos y que la vecina España.
Los primeros casos de la COVID-19 se detectaron más de un mes después que España.
Esto le permitió reaccionar muy rápidamente, cerrar los colegios, las fronteras con España y declarar muy pronto el estado de emergencia para confinar a la población.
Portugal registró oficialmente 1.043 muertes y 25.282 casos, según el último balance.