Las construcciones se convierten en parte de la historia de una ciudad y su cultura. La Guatemala de la Asunción no es la excepción, y varios de sus edificios nos permiten viajar al pasado. Uno de ellos es el Portal del Comercio, situado frente a la hoy llamada Plaza de la Constitución, cuyo nombre original fue Plaza Mayor.
Redacción de Crónica Cultura
Los Terremotos de Santa Marta, en 1773, destruyeron la capital del Reino de Guatemala, Santiago de los Caballeros de Guatemala, y obligaron al traslado de la ciudad desde el Valle de Panchoy hacia el Valle de la Ermita, donde se diseñó y trazó la nueva capital, conocida como la Nueva Guatemala de la Asunción.
En la época de la colonia, los españoles acostumbraron construir las ciudades en América siguiendo patrones de España; sobre todo, partiendo del diseño de una Plaza Mayor, en torno a la cual se construían los edificios más importantes, así como la obligada Catedral. De esa manera fue en Antigua Guatemala, y ello se replicó en la nueva capital.
Los registros históricos muestran que el marqués Juan Fermín de Aycinena fue uno de los personajes más activos e importantes en el traslado de la ciudad, por lo que recibió en reconocimiento el regalo de la Corona Española consistente en un solar de una manzana de extensión, precisamente al sur de la que sería la Plaza Mayor, es decir, en el punto más privilegiado de la ciudad que apenas nacía.
Es así como originalmente se construye el Portal de Mercaderes, en la Calle de los Mercaderes (hoy 8ª. calle) y principiaba en la Calle Real (hoy 6ª. avenida). Esta construcción colindaba con la casa de los Aycinena, construida en la parte posterior. Esta fue demolida ya en pleno siglo XX, en los años 40, para dar paso a la construcción del Edificio El Centro.
Según los recuentos históricos de aquella época, la residencia del Marqués fue la mansión más suntuosa, misma que tenía un amplio jardín, del cual posteriormente cedió una parte para que se construyera otra área comercial, que actualmente se conoce como Pasaje Aycinena, concluida en 1894 y que sirve aún para unir el Portal del Comercio con la 9ª. Calle.
Esta propiedad de la familia Aycinena fue vendida posteriormente a la familia Rubio, que entonces construyó el Edificio Rubio, y puso nombre a otro pasaje que une el Portal del Comercio entre la 8ª. calle y la 6ª. avenida. El concepto de estos pasajes –Rubio y Aycinena– es, precisamente, el de unir calles y avenidas, pero se diseñaron rodeados de comercio, por lo que aumentaban su plusvalía considerablemente.
El Portal del Comercio fue uno de los centros comerciales más distinguidos y visitados en su mejor momento, aunque a lo largo de la historia sufrió destrucción e inconvenientes.
Terremotos y anécdotas
Tanto los pasajes como el Portal han pasado por varias remodelaciones. La primera estuvo a cargo del arquitecto Luis Monzón y concluyó en el año 1894, pero pocos años después, con los terremotos de 1917 y 1928, sufrió severos daños y algunos comercios se destruyeron totalmente. El segundo nivel del Pasaje Aycinena se derrumbó casi completamente, esto ocasionó que su diseño original cambiara.
A pesar del transcurso del tiempo, no es sino hasta la segunda mitad del siglo XX cuando los edificios de la manzana original de los Aycinena, luego de la familia Rubio, pierden su vistosidad e importancia.
Sin embargo, es importante destacar algunos acontecimientos que marcaron época y que se vivieron dentro de estas construcciones que hoy han cobrado nueva vida con el rescate del Centro Histórico que, aunque lentamente, se lleva a cabo.
El primero es un acontecimiento vinculado con los avances tecnológicos.
En 1895 –dos años después de concluida una de sus reconstrucciones–, Guatemala, como el resto de países de América, conoce la noticia de que los hermanos franceses Auguste Marie Louis y Louis Jean Lumiére han descubierto el cinematógrafo y han rodado la primera película para presentarla al público, lo que sucedió en diciembre de ese mismo año.
En 1896 extranjeros itinerantes hicieron presentaciones de cortometrajes en el Pasaje Aycinena, que fue, por lo tanto, el lugar en donde se introdujo el cine a nuestro país.
Antes de un año, el Diario de Centroamérica da a conocer entre sus noticias lo siguiente: Se nos dice que el señor don Carlos Valenti ha pedido al extranjero, y está en camino para esta República, un aparato –el cinematógrafo o proyector de cine– de este precioso invento que tanto ha gustado (…).
Es el 6 de febrero de 1897 cuando Carlos Valenti anuncia al público guatemalteco el estreno del primer cortometraje, presentación que se hizo en la Peluquería Italiana, de su propiedad.
Otra noticia relevante que se dio y que hizo famoso al Portal del Comercio es que un comercio del lugar fue el pionero en algo que hoy es común. La anécdota, que describe con muchos detalles el historiador y periodista Héctor Gaitán, cuenta que el comerciante Ángel Muttini, propietario de una tienda de prendas femeninas, sorprendió a todos sus competidores y a la sociedad guatemalteca, cuando exhibió por primera vez en una vitrina los productos que vendía.
Pero la historia no termina de esa manera. Como se trataba de prendas íntimas de las mujeres, la sociedad se escandalizó con la demostración comercial, e incluso los padres de familia prohibieron a sus hijas que pasaran frente al comercio, por considerar que era una demostración impúdica.
Otro comercio que cobró notoriedad a partir de 1932 es El Portalito –abierto hasta la fecha–, a donde han llegado a disfrutar de una, o más cervezas, personajes que son parte de la historia nacional e internacional.
Entre los nombres que se mencionan como visitantes distinguidos figuran: Ernesto Ché Guevara y Fidel Castro, durante el paso de ambos, en épocas separadas, por nuestro país. En su mejor momento, este bar-cervecería se convirtió también en centro de reunión de los intelectuales guatemaltecos, entre ellos personajes como Miguel Ángel Asturias, Clemente Marroquín Rojas, David Vela, Jacobo Árbenz y Juan José Arévalo.
A la luz del desarrollo de las áreas comerciales se puede considerar al Portal del Comercio como el antepasado de los modernos centros comerciales que hoy abundan en la capital y el interior del país. El primer golpe que recibió fue el surgimiento de la 6ª. avenida como principal zona comercial, aunque por la proximidad que tenía mantuvo cierta plusvalía. Luego vinieron sus años de mayor decadencia, cuando el comercio de categoría se trasladó del centro hacia el sur de la ciudad.
Sin embargo, en la última década parece volver a florecer, con sus interiores estilo art déco, principalmente el Pasaje Rubio, y por el retorno de actividades culturales y resurgimiento de áreas residenciales en o en torno al Centro Histórico.