La designación de un antiguo aliado convertido en adversario como jefe del Congreso peruano lo precipitó todo: el presidente Martín Vizcarra propuso recortar su mandato y adelantar las elecciones, consciente de que venían tiempos difíciles.
El popular gobernante peruano lanzó su propuesta el domingo, en su mensaje anual ante el Congreso, en busca de una salida a la «crisis institucional» que persiste 16 meses después de la renuncia del presidente Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), que se refleja en recurrentes choques entre Ejecutivo y Legislativo.
El bloque opositor que acorraló a Kuczynski hasta conseguir su dimisión, conformado en torno al fujimorismo, ha recobrado la energía perdida tras el encarcelamiento de su líder Keiko Fujimori y divisiones internas, y ha ganado nuevos aliados, incluidos algunos exoficialistas.
Esto condujo a Vizcarra a proclamar «nos vamos todos» y sorprender al país con su propuesta de recortar un año su mandato y el del Congreso, adelantando las elecciones para abril 2020.
“La mala noticia es que las elecciones adelantadas no garantizan necesariamente mejor representación en la medida en que la reforma política (anticorrupción, de Vizcarra) se frustró”, escribió el analista Fernando Tuesta en el diario El Comercio.
Según la Constitución, ni el presidente ni los miembros del Congreso pueden postular a ser reelegidos.
Vizcarra, de 56 años, ha mantenido un récord de popularidad desde que llegó al poder siendo casi un desconocido.
La propuesta de adelantar los comicios, que debe conseguir luz verde del Congreso y luego ser ratificada en referéndum, fue recibida con beneplácito por la ciudadanía y la cúpula empresarial, pero con furia por los opositores que dominan el parlamento unicameral peruano.
Tras asistir este lunes a la parada militar por la Independencia, la multitud congregada en las calles gritaba a Vizcarra «¡cierre el Congreso, cierre el Congreso!»
«Siendo un provinciano de clase media, hijo de un exlíder político muy respetado en su región (Moquegua, sur), Vizcarra no parece haber sido tentado por el poder. Su entorno, amigos, su esposa (Maribel Díaz), son gente muy sencilla, sin grandes ambiciones ni protagonismos», dice a la AFP la periodista Rafaella León, autora del primer libro sobre el mandatario, presentado el domingo en la Feria del Libro de Lima.
De aliado a enemigo
La gota que rebasó el vaso fue la holgada elección, el sábado, del empresario Pedro Olaechea como nuevo presidente del Congreso, en alianza con el fujimorismo, del que antes era adversario. Esto auguraba mayores complicaciones para Vizcarra.
Olaechea, tildado como abanderado fujimorista encubierto, se impuso por 76 votos contra 47 al jefe saliente del legislativo, el exfujimorista Daniel Salaverry.
Exministro de Kuczynski, Olaechea es un próspero empresario vitivinícola que dejó el oficialismo y se pasó a la oposición.
Cambiar de bando es frecuente en la política peruana, donde los partidos tradicionales están en crisis: en 2016 había seis bancadas en el Congreso, ahora son doce.
Varios legisladores pro Kuczynski ahora son de oposición. Incluso el parlamentario Salvador Heresi, quien fue tres meses ministro de Vizcarra, ahora es un opositor radical.
Por el contrario, Daniel Salaverry abandonó el partido de Keiko (derecha populista) y colaboró con Vizcarra mientras fue jefe del legislativo.
La primera señal de que venían tiempos difíciles para Vizcarra surgió la semana pasada, cuando el Congreso rechazó reintegrar al suspendido parlamentario Kenji Fujimori.
A diferencia de su belicosa hermana mayor Keiko, Kenji colaboró con Kuczynski en busca de un indulto para su padre, el encarcelado expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), que después fue anulado por la justicia.
Keiko permanece en prisión preventiva desde hace nueve meses por el escándalo de la constructora brasileña Odebrecht, pero puede ser liberada por la Corte Suprema en un par de semanas, lo que dará mayores bríos a la acción opositora de su partido.
La segunda señal, mucho más potente, llegó con la abrumadora derrota de Salaverry a manos de Olaechea.
Incertidumbre
Por ahora hay mucha incertidumbre sobre el futuro y pocas respuestas.
No se sabe quiénes serían candidatos presidenciales en 2020. Si bien Keiko tiene esa aspiración, eso dependerá de la justicia. Además su popularidad ha caído drásticamente.
Olaechea, empresario católico de derecha, quizás también quiera postularse, pero eso lo enfrentaría con el fujimorismo.
“Es posible el adelanto de elecciones, pero el camino no es fácil ni claro”, dijo el columnista Fernando Tuesta en Twitter.
Tampoco se sabe qué sucederá con la cruzada anticorrupción de Vizcarra o si continuarán las investigaciones de la fiscalía del escándalo de Odebrecht, que salpican a cuatro expresidentes peruanos y a Keiko.
En caso de que sean adelantadas las elecciones, posiblemente Vizcarra se retirará con la frente en alto, en contraste con sus antecesores Alberto Fujimori, Alejandro Toledo, Alan García, Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski.