El presidente Sebastián Piñera alista este lunes cambios en su gabinete, mientras continúan los llamados a protestas en Chile y se espera el arribo de una misión de la ONU para verificar denuncias de violaciones a los derechos humanos en el marco del estallido social.
Dos días después de que le pidiera la renuncia a todos sus ministros, Piñera debe anunciar los nombres del nuevo equipo con el que espera enfrentar el masivo despertar ciudadano, que reclama profundos cambios al modelo social chileno y se salda ya con 20 muertos y miles de heridos, la mitad de ellos por armas de fuego.
La profundidad de los cambios y el eventual giro que dé el mandatario derechista en su equipo de colaboradores podría alivianar la tensión o aumentar el descontento social, que estalló el 18 de octubre con protestas por el alza en el precio de la tarifa del metro pero que luego fue cristalizando en un masivo movimiento social.
Se da por descontado la salida del ministro del Interior y Seguridad, Andrés Chadwick, quien ha acompañado a Piñera en sus dos mandatos como jefe de gabinete, y quien ha sido fuertemente criticado por su dura respuesta a la hora de enfrentar las protestas.
Varios ministros sectoriales, como el de Hacienda, Felipe Larraín, o el de Economía, Andrés Fontaine, también dejarían el gobierno, tras su criticada falta de empatía para atender los reclamos sociales.
Retorno a las actividades
Mientras Piñera ajusta los cambios, los llamados a manifestaciones se multiplican.
La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) junto a otras decenas de organizaciones sociales volvieron a llamar este lunes a un «paro nacional», en tanto en redes sociales circulan llamados a reunirse el martes en el frontis del palacio presidencial y a seguir protestando en la plaza Italia, donde el viernes último se reunieron más de un millón de personas.
Este lunes los militares abandonaron las calles luego de que a medianoche dejara de regir el estado de emergencia con el que Piñera enfrentó las masivas protestas sociales y los ataques al transporte público y el comercio que se registraron sobre todo en los primeros días.
Santiago y otras ciudades enfrentan esta primera jornada tras el fin del estado de emergencia con grandes atascos en el tráfico y filas para ingresar a las estaciones del metro que volvieron a abrir sus puertas. Setenta y ocho de las estaciones capitalinas sufrieron destrozos o fueron incendias, con daños valorados por la empresa estatal en más de 300 millones de dólares.
La mayor parte de los colegios volvió también a clases, aunque algunos con jornadas parciales.
El gran comercio volvió a abrir sus puertas, aunque algunos centros comerciales -como el Costanera Center, el más grande de la ciudad- se mantenía cerrado.