El petróleo en Nueva York subió ligeramente el viernes pero tuvo un derrumbe semanal de 23 por ciento, su peor caída desde la crisis financiera de 2008.
El barril de referencia en Estados Unidos, el WTI para entrega en abril, cerró en 31,73 dólares, 0,7% o 23 centavos menos que el jueves. Pero perdió 9,55 dólares desde el viernes pasado.
En Londres, el barril de Brent del mar del Norte para entrega en mayo ganó 1,9%, o 63 centavos, 33,85 dólares. Pero en la semana cedió 25,2%.
Desde el inicio de 2020 los dos contratos de referencia perdieron casi la mitad de su valor. El lunes tuvieron su peor caída desde la primera guerra del Golfo en 1991 con un desbarranque de 25%.
Los precios del barril están lastrados tanto por la oferta, en medio de una guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia, como por la demanda, duramente afectada por la pandemia del nuevo coronavirus.
«Rusia y Arabia Saudita parecen seguir dispuestos a aumentar su producción y a hacer bajar los precios, sin mostrar ninguna señal de regresar a la mesa de negociaciones», destacó Jeffrey Halley, de Oanda.
Rusia rechaza recortar producción para sostener los precios en un contexto de baja demanda, como propone la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) con Arabia Saudita a la cabeza.
El anuncio del presidente Donald Trump, que el miércoles decidió suspender por 30 días el ingreso a Estados Unidos de todo extranjero que haya estado en Europa como mecanismo para contrarrestar la pandemia, alimentan los temores a una recesión mundial.