Primera etapa pirenaica y primeras sorpresas en el Tour: el francés Nans Peters (AG2R) concluyó victorioso una larga escapada en la octava etapa, este sábado en Loudenvielle, donde el británico Adam Yates (Mitchelton) conservó el maillot amarillo y Thibaut Pinot (FDJ-Groupama) perdió casi todas sus opciones de victoria en la general.
Entre los favoritos, la tendencia de los últimos días se confirmó en la cordillera que separa Francia de España.
- El vigente ganador del Tour, el colombiano Egan Bernal, se mostró vulnerable en el Peyresourde, la última subida del día.
- Pero el esloveno Primoz Roglic, al que se vio más cómodo al igual que al también colombiano Nairo Quintana, prefirió mostrar un perfil conservador.
En la general, Adam Yates, en dificultades en la última subida, pudo mantener el maillot amarillo sobre su torso.
Aun así cedió una cuarentena de segundos respecto al esloveno Tadej Pogacar y también cedió tiempo con el escalador francés Romain Bardet.
Pero si el ciclismo galo puede congratularse del triunfo de etapa de Peters, quien firmó la segunda victoria francesa después de la de Julian Alaphilippe el domingo pasado en Niza, también llora el derrumbamiento de Pinot, su principal opción de salida para la clasificación general.
Verona tercero
En meta, ante la presencia del primer ministro Jean Castex, Peters superó en 47 segundos al letón Toms Skujins y al español Carlos Verona.
El francés de 26 años, ya ganador el año pasado en una etapa de montaña en el Giro de Italia, atacó a 9 kilómetros de la cumbre del Port de Balès, el primer puerto de categoría especial de este Tour, y dejó atrás en el descenso al ruso Ilnur Zakarin.
«Sabía que bajaba como una cabra», sonrió el ganador del día sobre el ruso.
Peters suma un triunfo de etapa en el Giro y otro en el Tour, los dos logrados en sus primeras participaciones en ambas prestigiosas carreras. ¿Su truco? «Corro sin complejos. Pruebo cosas. Hay que intentarlo».
En el grupo de favoritos, el esloveno Tadej Pogacar atacó en tres ocasiones en la última ascensión y recibió luz verde de Roglic, que se contentó con neutralizar el intento de Quintana cerca del alto del Peyresourde.
Pero para el potente equipo Jumbo no todo fueron sonrisas. Su número 2 de partida, el holandés Tom Dumoulin, se dejó unos dos minutos con el resto de hombres fuertes de la carrera, pagando caro sus esfuerzos previos para llevar al líder Roglic.
Pesadilla para Pinot
Pinot, por su parte, quedó rezagado a 45 kilómetros de meta. Aquejado de dolores en la espalda desde su caída el primer día en Niza, el francés, rodeado por sus compañeros de equipo, llegó a más de siete minutos de sus rivales al alto de Balès. La pérdida alcanzó los 20 minutos en línea de meta.
Si la esperanza francesa comenzó la etapa en el 9º puesto de la general, la finalizó en el 30º.
«En llano logramos esconder nuestras desgracias, pero en montaña se hace más difícil», reconoció el jefe de su equipo Marc Madiot. «Hemos comprendido bien que no estamos al mismo nivel que en el Dauphiné», donde Pinot fue segundo.
«Trataremos de recuperarnos, y pelear por retos que nos pueden interesar, una etapa, el maillot a lunares (de mejor escalador) quizá», añadió.
«Tenía tanto dolor en la espalda que no tenía fuerza, no lograba pedalear», confesó Pinot por su parte.
Pero peor aún le fue al campeón de Europa, el italiano Giacomo Nizzolo, abandonó en esta octava etapa, al igual que su compatriota Diego Rosa y los franceses William Bonnet y Lilian Calmejane.
El domingo, víspera del primer día de descanso, la novena etapa del Tour, segunda por los Pirineos, con 153 kilómetros de recorrido entre Pau y Laruns. En el menú dos puertos de primera categoría, Hourcère y Marie-Blanque.