Dieciséis socorristas fueron movilizados para rescatar una perra San Bernardo varada en una montaña en Inglaterra, un incidente vergonzoso para un ejemplar de la raza famosa por asistir a humanos en peligro en regiones de alta montaña.
La perra, llamada Daisy, se cayó cuando descendía junto con sus dueños de Scafell Pike, la mayor elevación de Inglaterra cuya cima está –apenas– a poco menos de mil metros de altura.
Tras mostrar señales de sufrir dolores en las patas, Daisy se sentó y se negó a levantarse por lo cual se llamó a los socorristas.
El equipo «se acercó con prudencia a Daisy (…) y con la ayuda de un par de golosinsa dos miembros pudieron tocarla y evaluar su situación y administrarle analgésicos para sus dolores», relatço en su web el grupo de rescate de montaña Wasdale.
Finalmente, para poder colocar a la perra de 55 kg en una camilla para evacuarla fueron necesarias muchas golosinas, añadieron.
«Desde entonces, aparte del pequeño detalle (de los dulces), constatamos que la evacuación no difiere mucho de una normal de un (humano) adulto«, explicaron.
Cuando el equipo llegó al pie de la colina, Daisy, más aliviada, logró ponerse de pie y movió un poco la cola.
«Aparentemente se siente culpable y algo avergonzada al decepcionar la imagen tradicional de su primos desafiando las nieves alpinas«, señalaron los rescatistas.
El nombre de la raza se debe a que estos canes rescatistas fueron criados por monjes en el paso de San Bernardo, entre Suiza e Italia, donde ganaron fama después de haber socorrido a centenares de personas a lo largo de los siglos.