Tener los senos descubiertos a la hora de amamantar crea un conflicto en las mujeres por los tabús con los que han crecido y por los prejuicios sociales que existen en la sociedad guatemalteca. Cubrir o no cubrir los senos cuando se amamanta es un tema que genera posiciones encontradas en el país, pero un grupo de madres se lanzó a la tarea de defender la segunda de las opciones.
Debby Ríos / Crónica
¿Deben las madres, que amamantan a sus hijos, cubrirse el pecho cuando alimentan a sus bebés y más cuando lo hacen en lugares públicos? O por lo contario, ¿deben mostrarlos sin ninguna pena? La leche materna posee nutrientes que son necesarios para un crecimiento y desarrollo saludable, y es vital los primeros seis meses de vida. ¿Qué opinión le merece?
Por un lado están los que creen que para no generar morbo entre los hombres, no deben amamantar a los recién nacidos en público.
Por otro lado están los que no le dan mayor importancia a ese argumento y consideran que en un acto tan natural como este, no se ofende la moral, pues mostrar parte de los pechos, en este caso, no debería tener una connotación sexual.
La campaña Pechos libres, que poco a poco cobra fuerza, busca romper entre las mujeres los prejuicios que tienen a la hora de amamantar en público, y que se sientan cómodas cuando necesiten hacerlo, estén donde estén.
Y es que este tema que divide, en el país y en otras naciones del orbe, tanto a hombres como mujeres es más profundo de lo que parece a simple vista. A tal punto que existen restaurantes donde no se permite a las madres amamantar publicamente a sus bebés y se sugiere que esto se haga en los baños.
La lactancia materna, según la Organización Mundial para la Salud (OMS), es la mejor manera de proporcionar al recién nacido los nutrientes y anticuerpos que este necesita para su óptimo desarrollo y recomienda que esta sea la forma exclusiva de alimentación durante los primeros seis meses de vida, y se extienda la lactancia materna hasta los dos años, complementada con una alimentación adecuada. Pero la forma de cómo hacerlo genera polémica, aquí y en la China.
Contra viento y marea
Hace poco empezó en Guatemala un movimiento que pretende defender el derecho de las mujeres de amamantar a sus hijos en público, sin sufrir el acoso verbal de hombres y mujeres, y busca crear conciencia entre la población sobre el hecho de que la lactancia es un acto de amor y que, por tal motivo, el morbo no debe impedir cumplir con este acto sublime.
La campaña se desarrolló en la red social Facebook, a raíz de una foto con el hashtag pechoslibres, que buscaba hacer conciencia del acto natural de amamantar al recién nacido. Y en un mes ha tenido un impacto social a escala inimaginable; dada la identificación de la mayoría con la problemática, porque pese al deseo de muchas mujeres de amamantar a sus hijos, los prejuicios de la sociedad les ponen límites con respecto del tiempo que deberían amamantar a sus retoños, el lugar y forma en que deberían hacerlo, aunado al pudor que la mayoría siente de mostrar una parte tan íntima, limitando la lactancia materna, por la connotación erótica que se le ha impuesto a los senos femeninos, aseguran quienes integran este movimiento.
También argumentan que la lactancia materna es súper demandante y que generalmente los bebés comen cada dos horas por aproximadamente 40 minutos y sin lugar a dudas es mucho más agradable, amamantar en la comodidad del hogar, pero pocas son las mujeres que deciden y pueden darse el lujo de recluirse en casa por un periodo prolongado.
La mayoría regresa a sus actividades a la brevedad; y algo tan normal como ir a desayunar un domingo por la mañana puede tornarse en una odisea, en caso de que al bebé se le antoje comer (y seguramente así será) la madre muchas veces, por la poca comprensión del entorno, se ve obligada a correr al carro, donde el calor suele ser insoportable, o sufrir la incomodidad que provoca amamantar a su bebito en el restaurante, tratando de cubrirse, cargar al bebé, y vigilar que esté en una buena posición para no taparle la nariz con el mismo seno, todo esto al mismo tiempo, sin contar que, por inverosímil que parezca, en algunos restaurantes tienen el atrevimiento de solicitar a las madres que se retiren al baño porque incomodan a los comensales. Así lo narran algunas de las madres que integran la campaña lanzada en las redes sociales.
Llevo 19 meses de lactancia, el primer obstáculo fue mi propia familia que me pedía que me tapara, a lo que siempre he respondido si te ofende, mira para otro lado realmente en lugares públicos jamás he tenido ninguna queja, afirma Melissa Leiva.
El movimiento busca que las mujeres no se sientan avergonzadas de amamantar a sus bebés en el momento y lugar donde sea necesario, sintiéndose seguras, defienden, que como sociedad no podemos permitirnos tener la idea preconcebida de relacionar la lactancia materna con un acto vulgar y morboso.
Mi mayor obstáculo fue taparme con una mantita a la hora de amamantar, ponía a sudar a mi bebita, además de impedir el contacto visual con los ojitos de mi hija, el cual crea un lazo indescriptible, así que yo opte por no taparme nunca más, hasta el momento, nadie me ha dicho nada, enfatiza Verónica Ávila.
Ana Lucía Arrivillaga, expone que este acto natural es también saludable para las mujeres: La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida de tu bebé, y hasta los dos años de vida o más, acompañada de una alimentación adecuada para su edad. Existen beneficios para nosotras de mamás, al dar de mamar más de los primeros 12 meses de vida, se reduce nuestro riesgo de desarrollar cáncer de ovario, cáncer de mama, artritis reumatoide, hipertensión, diabetes y enfermedades cardiovasculares.