La crisis económica por la pandemia del COVID-19 le llegó hace dos meses a Roberto, un repostero guatemalteco que mantiene a flote su negocio promocionando elaborados pasteles en los que destaca uno en particular: la tarta con forma del virus que mantiene en zozobra al mundo.
Desde marzo, el gobierno guatemalteco ordenó varias medidas para contener el virus, como la prohibición de concentraciones, que han golpeado a miles de pequeñas empresas, entre ellas la pastelería de Roberto, que vio suspendidos los de pedidos para festejos de cumpleaños y bodas.
«Un cliente me dijo que quería un pastel con diseño de COVID y me mandó una foto… La idea la plasmé en un pastel», contó a la AFP Roberto de León, sobre el origen de la tarta elaborada en su taller de repostería en el sur de Ciudad de Guatemala.
De León, de 30 años, utilizó sus refinadas destrezas para moldear el azúcar y le dio al detalle la forma del virus al pastel. Desde entonces, ha llegado a elaborar dos pasteles diarios para cumpleaños, e incluso para un aniversario de matrimonio.
Con valor de unos 10 dólares, los inusuales bizcochos se han convertido en una importante fuente para pagar las cuentas y mantener a flote la panadería, que se promociona en Instagram como Roberto’s Bakery.
«Lo que sacamos es para subsistir nada más», lamenta el artista de la pastelería, que ansía el pronto fin de la crisis sanitaria.
«Yo anhelo que pase todo esto porque ya podríamos hacer pasteles más grandes», agrega, aunque está consciente de que las restricciones sanitarias «van para largo».
Guatemala registró su primer caso del nuevo coronavirus el 13 de marzo pasado, y desde entonces se ha suspendido la operación del transporte público, se instó a las empresas al teletrabajo y está vigente un toque de queda parcial nocturno.
Las autoridades guatemaltecas han contabilizado más de 1.300 casos y cerca de 30 muertos por la COVID-19.