Con las grandes estrellas de Hollywood confinados en sus grandes mansiones por el nuevo coronavirus, los paparazzis de Los Ángeles no tienen material que fotografiar, aunque la demanda por imágenes no para de crecer.
Los clubes nocturnos, restaurantes y sets de cine, desbordados de fotógrafos a toda hora, han estado cerrados desde que California está en confinamiento por la pandemia hace un mes.
En consecuencia, las fotos más cotizadas pasan a ser las de Ben Affleck paseando a sus perros o las de Cameron Diaz saliendo a comprar. Docenas de paparazzis compiten por las mismas fotos.
«Todas las fotos son con gafas de sol y una mascarilla en este momento… esas son las únicas fotos que vas a conseguir», dijo Randy Bauer, fundador de la agencia de fotos de celebridades Bauer-Griffin.
«Realmente no es una situación bonita», añadió Bauer, que estima que la producción fotográfica de su empresa se redujo casi de la noche a la mañana en 95% después de que entraran en vigor las órdenes de confinamiento.
La agencia, que emplea a unos 20 fotógrafos, principalmente como ‘freelancers’, pasó de emitir hasta 7,000 fotografías de celebridades al mes a unas 500.
«Eso si tenemos suerte», dijo a la AFP. «Todo el asunto se ha puesto patas arriba».
«Agridulce»
La de los paparazzis es una de las muchas ramas de la industria del entretenimiento de Hollywood diezmadas por el cierre.
Con los estrenos de películas cancelados, los tradicionales fotógrafos de alfombra roja también están sin trabajo… y sin esas fotos, utilizadas por periódicos, revistas y cadenas de televisión de todo el mundo, la demanda por imágenes «instantáneas de la calle» entregadas por los paparazzis ha aumentado.
Incluso fotos de celebridades de menor calibre, que antes hubieran sido ignoradas, son más cotizadas por los editores de los medios de espectáculos.
«Es un poco agridulce, porque tenemos la demanda pero no la oferta», señaló Bauer. «No se puede tener todo».
Y el oficio del paparazzo en este contexto tiene la ventaja que muchas de las fotos se toman desde coches con largos lentes, respetando un distanciamiento social que sería imposible en las alfombras rojas.
De cualquier forma, la simpatía por estos polémicos fotógrafos es bastante limitada.
«Están fuera de mi casa ahora mismo. Esperando, esperando un paseo que nunca sucederá», escribió la modelo Chrissy Teigen esta semana en un tuit que se llevó 350,000 «Me gusta».
«Lejano Oeste»
El fotógrafo Mark Karloff admitió en un episodio reciente de su «Paparazzi Podcast» que era «obvio que el público en general no iba a llorar por el padecer» de sus colegas.
«Pero somos hombres de familia: tenemos niños, familia, somos humanos», expresó.
Y Bauer, después de tener personal apostado permanentemente afuera de los lugares donde normalmente se reúnen las celebridades, como el restaurante Craig’s, en West Hollywood, está recomendando a los fotógrafos autónomos a solicitar el seguro desempleo.
Los trabajadores tienen derecho a este beneficio por el paquete de alivio aprobado por el coronavirus.
Con todo y a pesar de la escasez de apariciones de celebridades en público, muchos fotógrafos siguen apareciendo a las puertas de los hogares de las estrellas de Hollywood para tratar de conseguir la imagen que le rinda un buen dinero.
«Es como el Lejano Oeste», dijo el copresentador del podcast de Karloff, que se hace llamar «Jedi».
«Pasaba por delante de la casa de Kate Hudson y veía a cuatro o cinco tipos diferentes allí. Pasaría por delante de Reese (Witherspoon) y veía a otro montón. Estaban por todas partes».
Pero siempre estará Affleck, que ahora se ve más paseando a su perro con su nueva novia Ana de Armas.
«Muchas veces me había preguntado por qué veíamos a tantos famosos paseando a sus perros», dijo Bauer. «Y entonces me di cuenta… los paseadores de perros no están viniendo por el coronavirus, así que les toca a ellos».