El papa Francisco emprende el lunes un viaje a Perú y Chile para abogar por los indígenas, visitar el corazón de la Amazonía y reanimar a una iglesia devastada por los escándalos de pedofilia.
El sexto viaje del papa a América Latina – después de Brasil (2013), Ecuador, Bolivia y Paraguay (2015), Cuba (2015), México (2016) y Colombia (2017)-, estará marcado también por el escándalo de abusos sexuales a menores cometidos por religiosos en Chile y la intervención vaticana contra un grupo católico peruano investigado por pederastia.
Francisco, que estudió en Chile y como jesuita visitó Perú, vuelve a América Latina en un momento político particular.
Chile se encuentra en plena transición política después de la victoria en las elecciones presidenciales del multimillonario conservador Sebastián Piñera, quien asumirá el cargo en marzo, y Perú sacudido por una grave crisis política tras el indulto otorgado al expresidente Alberto Fujimori.
En Chile, el papa será recibido por la presidenta saliente, Michelle Bachelet, una laica que promovió el matrimonio homosexual y la despenalización del aborto, medidas muy criticadas por la iglesia.
La estadía en Perú se celebra en medio de una de las peores crisis políticas que ha atravesado ese país tras el indulto concedido a Alberto Fujimori, condenado a 25 años de prisión por corrupción y crímenes contra la humanidad, lo que desató una ola de protestas.
La decisión del mandatario Pedro Pablo Kuczynski, un exbanquero de Wall Street, polarizó a la sociedad peruana y generó rupturas en el interior de los mismos partidos políticos.
– El corazón de la Amazonía –
En su 22º viaje internacional, el primer papa latinoamericano, el defensor de los pobres y «descartados», como los llama, dará particular atención a los pueblos indígenas tanto en Chile (del 15 al 18 de enero) como en Perú (del 18 al 21).
El papa Francisco confirmará una vez más su compromiso con las capas más olvidadas de su región, tal como lo hizo en México, Ecuador, Bolivia, Paraguay y Colombia.
En Temuco, a 600 kilómetros al sur de Santiago, el papa argentino se dirigirá a la población mapuche (7% de la población chilena) que ocupaba un vasto territorio antes de la llegada de los conquistadores españoles a Chile en 1541.
Desde la capital de La Araucanía, Francisco denunciará los abusos sufridos por la comunidad mapuche, que combate desde hace décadas por sus derechos y que cuenta con una minoría radicalizada que ha protagonizado protestas violentas y ha atacado hasta parroquias y seminarios católicos.
Francisco podría ser en efecto mal recibido, pese a que en sus viajes a América Latina ha pedido el perdón de los indígenas por su exclusión y se ha convertido en un defensor de su causa a nivel mundial.
En Puerto Maldonado, en plena región amazónica peruana, donde reina la pobreza y la explotación, Francisco será recibido por unos 3.500 representantes de los pueblos nativos, algunos procedentes de Bolivia y Brasil.
Después de pasar por Temuco, donde almorzará con ocho miembros de la comunidad mapuche y de la colorida misa con músicas indígenas en el selvático Perú, el papa abrirá simbólicamente el sínodo especial de obispos dedicado a la defensa de la Amazonía y sus poblaciones, programado para octubre del 2019 en Roma.
– Con las víctimas –
En la chilena Iquique, antes de partir hacia Perú, Francisco se reunirá con dos víctimas de la dictadura militar de Augusto Pinochet, en la década del 70, un gesto simbólico para recordar los años más negros de la historia de ese país.
El portavoz del Vaticano, Greg Burke, no descartó que el papa se reúna en Perú también con familiares de víctimas de violaciones de los derechos humanos indignadas con el indulto a Fujimori.
«No está en la agenda, pero no es imposible», dijo.
«La visita del papa va a tener un papel positivo para la iglesia», reconoció el embajador de Chile ante la Santa Sede, Mariano Fernández, refiriéndose a los estragos realizados en 2010 por el caso de Fernando Kardima, declarado culpable de abuso sexual por el Vaticano, que lo condenó a retirarse «a una vida de oración y penitencia».
Según la base de datos de la ONG estadounidense Bishop Accountability, las denuncias de abuso sexual han involucrado a cerca de 80 religiosos en Chile.
En Perú, la reciente decisión del Vaticano de intervenir el influyente movimiento católico Sodalicio de Vida Cristiana, busca acallar las recriminaciones de impunidad de las víctimas de los abusos sexuales cometidos por su fundador, el laico Luis Fernando Figari, confinado en Roma bajo protección vaticana.
No se excluye tampoco que al sobrevolar Argentina, su país natal, que en casi cinco años de pontificado ha evitado, anuncie la fecha de su esperada visita.
La agotadora gira, que incluye seis ciudades y 10 vuelos, es también un viaje al pasado para el argentino Jorge Bergoglio, de 81 años, quien estudió en Chile durante su noviciado como jesuita y encontrará viejos amigos y compañeros.