El papa Francisco pidió este domingo «brindar una atención particular a los extranjeros» y a todas las personas rechazadas, durante la Jornada Internacional del Migrante y del Refugiado.
«Tenemos que dar una atención particular a los extranjeros, de la misma forma que a las viudas, los huérfanos y todos aquellos que son rechazados», aseguró el pontífice durante la misa celebrada en la Plaza San Pedro.
En la 105ª edición de esta jornada mundial, el papa inauguró en la mítica plaza del Vaticano una escultura en homenaje a los migrantes.
Esta obra de bronce y arcilla, creada por el artista canadiense Timothy Schmalz y bautizada como «Angels Unaware» (ángeles inconscientes), representa a un grupo de 140 migrantes de distintas culturas y periodos históricos, amontonados en una embarcación.
La obra viene acompañada por una cita de la Epístola a los hebreos: «No olvidéis la hospitalidad, algunos, practicándola sin saberlo, aceptaron a los ángeles».
«No son sólo extranjeros, se trata de todos los habitantes de las periferias existenciales que, como los migrantes y los refugiados, son víctimas de la cultura del despojo humano», afirmó durante la misa Jorge Bergoglio, hijo de una familia de italianos que emigraron a Argentina.
Tras su designación como papa en 2013, Francisco defendió en múltiples ocasiones la necesidad de acoger de forma digna a los refugiados y migrantes.
Pocos meses después de su elección, se desplazó a la isla italiana de Lampedusa, una de las puertas de entrada de extranjeros en Europa. En abril de 2016, también regresó de una visita a la isla griega de Lesbos acompañado por una familia de tres refugiados sirios musulmanes.
El papa pidió a finales de julio a la comunidad internacional que actúe «con celeridad y decisión» para evitar nuevas tragedias en el Mediterráneo.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), entre principios de 2014 y julio de 2018 se encontraron los cuerpos muertos de 5.773 migrantes y hubo 11.089 desaparecidos en el Mediterráneo.
La mayoría de estas muertes se produce en la zona central del Mediterráneo, entre las costas de Libia, Túnez, Malta e Italia.
Varios países europeos, como Italia, Francia, Alemania y Malta, acordaron un mecanismo de repartición automática de los refugiados, cuyo objetivo es acabar con el caso a caso aplicado en el último año después de que cada embarcación humanitaria efectuara un rescate en el Mediterráneo.
Este dispositivo será votado por el conjunto de los países de la Unión Europea durante el consejo europeo de «Justicia y Asuntos interiores» que se celebrará en Luxemburgo a principios de octubre.