El papa Francisco aseguró este miércoles que ignorar al pobre es ignorar a Dios y animó a los fieles católicos a no perder la oportunidad de abrir la puerta de sus corazones al pobre y necesitado«.
Jorge Bergoglio utilizó la parábola del hombre rico Epulón y del pobre Lázaro para ilustrar sus reflexiones en la habitual audiencia general de los miércoles en la Plaza de San Pedro y sostener que es necesario acoger a los pobres porque si no se cierra la puerta también a Dios.
Francisco recordó que en esta parábola del hombre rico hacía gala de una vida de lujos y derroches mientras que Lázaro representa el grito silencioso de los pobres de todos los tiempos y la contradicción de un mundo en el que las inmensas riquezas y los recursos están en manos de unos pocos.
«La misericordia de Dios con nosotros está estrechamente unida a la misericordia (que mostramos) con los demás. Cuando falta misericordia con los demás, Dios no puede entrar en nuestros corazones, lamentó. *Con información del Universal