El milagro de Panamá duró 47 minutos. Hasta que Mertens recogió un rechace en el vértice del área y enganchó una volea inapelable para el meta panameño Jaime Penedo, hasta ese momento héroe de su selección. Lo había parado todo hasta que llegó ese misil del jugador del Nápoles. Y se acabó el sueño, que demasiado duró. Porque no hay argumentos futbolísticos que explique la emocionante resistencia panameña durante todo el primer tiempo y esos dos minutos del segundo. Panamá es posiblemente la peor selección del Mundial junto a Arabia saudí. Y de largo, me atrevería a decir, con todo el respeto del mundo.
La afición belga y Mertens celebraron el 1-0
La presencia de Mertens en el Mundial, es necesaria. Su afición, que viajó en masa hasta Sochi (unos 15.000 en las gradas) es la típica que te alegra el día. Cánticos y mucho colorido durante toda la mañana en la ciudad balneario de Stallin gracias a la energía de esta hinchada que se ha tomado el Mundial como una fiesta. Saben lo que son y lo disfrutan. Aman a sus jugadores por regalarles la oportunidad de estar entre las mejores 32 selecciones del mundo y se emocionan igual con cada intento de ataque o despeje. Ambientalmente, Panamá es una de las candidatas a ganar el Mundial.
Futbolísticamente, los panameños están a años luz de la élite pero no decepcionaron. Bélgica, durante un buen tramo del partido, sí. Merecieron marcharse al descanso con dos o tres goles de ventaja, pero se esperaba mucho más de los de Roberto Martínez, a los que les faltó regularidad a lo largo del encuentro. Crearon peligro cada vez que Hazard y De Bruyne entraron en contacto con la pelota y demostraron tener un amplio librillo de jugadas de estrategia (se las tragó todas Panamá) pero la falta de remate les hizo salirse del partido poco a poco. Convencidos de que el gol llegaría antes o después, protagonizaron momentos de pereza que no le gustaron nada a Roberto Martínez.
Lukaku anotó el 2 y 3
Al seleccionador español, desde la banda, se le vio enfadado con el partido de los suyos. Como todo el público sentado en la tribuna, él también veía desde el banquillo la infinita superioridad de sus jugadores, que en algunos casos llegaron a desesperarle. El ex atlético Carrasco, al que durante muchos minutos el partido parecía no ir con él, fue uno de ellos.
El gol de Mertens dio tranquilidad pero no mejoró en exceso el tono de Bélgica, que tuvo todavía más control en la segunda parte, pero creó menos ocasiones. Jugó un partido a medio gas que tras el golazo de Mertens dejó otro gran gol en el 70′ que ya dio pie a la goleada. Si Panamá era débil al inicio, imaginen cuando baja los brazos. El 2-0 lo inició De Bruyne, que centró desde la izquierda con el exterior del pie derecho para que Lukaku rematara de cabeza al borde del área pequeña. Marcaría otro más el delantero del United, culminando magistralmente una contra belga con Panamá ya por los suelos. 3-0 y a pensar en Túnez, su segundo rival.