El gobierno panameño designó este martes a un nuevo fiscal jefe, experto en corrupción y delitos financieros, en momentos donde el país busca lavar su imagen internacional tras varios escándalos internacionales y acusaciones de ser un paraíso fiscal.
El presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, nombró al abogado Eduardo Ulloa como nuevo fiscal jefe para los próximos cinco años, aunque primero deberá ser ratificado por la Asamblea de diputados, de mayoría oficialista.
Ulloa fungió como titular de la Fiscalía Segunda Anticorrupción y fiscal especializado en delitos financieros.
Esa especialidad en delitos financieros «es bien importante para lo que está viviendo Panamá», señaló Cortizo en conferencia de prensa. «Los casos de corrupción son sumamente importante seguirlos», añadió.
El país latinoamericano es acusado en ocasiones de ser un paraíso fiscal, lo que le ha valido la entrada en listas negras de varios países e instituciones internacionales.
Panamá también fue el epicentro del escándalo internacional conocido como «Panamá papers», una filtración periodística que reveló como desde un despacho panameño de abogados se crearon infinidad de sociedades opacas, algunas de las cuales sirvieron a personalidades de todo el mundo para evadir impuestos o blanquear capitales.
La designación de Ulloa «es un mensaje que se manda, no solamente el país, si no al mundo de que estamos haciendo las cosas en serio», dijo Cortizo.
Ulloa sustituirá en el cargo a partir del 2 de enero a Kenia Porcell, quien se vio obligada a dimitir por la publicación de supuestas conversaciones interceptadas al expresidente Juan Carlos Varela (2014-2019), quien la había nombrado en 2014 para un período de 10 años.
En esas conversaciones, extraídas supuestamente del teléfono celular del exgobernante, Varela y Porcell hablan de casos judiciales, lo que ha sido interpretado por algunos sectores como una presión del exmandatario a la fiscalía para orientar investigaciones sobre casos de corrupción.
Entre esos escándalos está el caso de la constructora brasileña Odebrecht, acusada de pagar millonarios sobornos en el país para obtener contratos, aunque no hay ningún alto funcionario detenido pese a las confesiones de la propia compañía.
La designación de Ulloa se suma a la renovación parcial de la Corte Suprema de Justicia. Cortizo busca lavar la cara al sistema judicial de Panamá, en medio de sonados escándalos de corrupción, espionaje político y polémicos fallos judiciales que lastran la imagen internacional del país.
En los últimos cuatro años se han abierto cerca de 30 casos por corrupción en Panamá, pero no habido condenas contra altos funcionarios o los casos se han caído por fallos en los procesos.
Reportes del gobierno estadounidense y de Transparencia Internacional sobre corrupción también son críticos con la justicia panameña.
Este año el expresidente panameño Ricardo Martinelli fue absuelto en un juicio por espionaje y malversación de fondos públicos durante su mandato (2009-2014).