Cineastas femeninas reafirmaron el domingo su objetivo de lograr una igualdad de género en Hollywood, mientras la actriz Geena Davis y la directora Lina Wertmuller recibieron Óscars honoríficos en una ceremonia repleta de estrellas y centrada en la diversidad.
Davis, una de las dos protagonistas de «Thelma y Louise», contó en los Governors Awards en Los Ángeles cómo esa road movie feminista la impulsó a hacer campaña por un equilibrio de género en el cine.
«Me hizo darme cuenta de manera muy poderosa de las pocas oportunidades que le damos a las mujeres para salir de una película sintiéndose emocionadas y empoderadas por los personajes femeninos», dijo Davis sobre la famosa cinta de 1991.
La actriz, ya poseedora de un Óscar, recibió la estatuilla honorífica por su trabajo para resaltar la falta de mujeres en películas. En 2004 fundó un instituto que recopila datos sobre prejuicios de género.
Llamó a los cineastas a revisar sus proyectos actuales y «tachar muchos nombres de personajes del montón y secundarios y hacerlos femeninos».
La directora y actriz Olivia Wilde consideró que Davis «estuvo unos 20 años adelantada a la conversación de #TimesUp».
«Realmente sabe de este tema… Ella es lo auténtico», dijo Wilde a la AFP.
En tanto Wertmuller, de 91 años, finalmente recibió un Óscar honorífico más de cuatro décadas después de convertirse en la primera mujer nominada como mejor directora.
Recibió la estatuilla flanqueada por sus legendarias compañeras italianas Sophia Loren e Isabella Rossellini, quienes tradujeron su llamado para que el premio reciba un nombre nuevo y femenino.
«A ella le gustaría llamarlo ‘Anna’. Mujeres en la habitación, por favor, griten: ‘¡Queremos una Anna, un Óscar femenino!», dijo Rossellini.
El origen del apodo «Óscar» no está claro, pero se cree que deriva de la semejanza de la estatuilla con un pariente masculino de uno de los primeros miembros de la Academia.
«Era hora» –
Entre las estrellas que asistieron a la deslumbrante ceremonia en el salón Ray Dolby de Hollywood estuvieron Leonardo DiCaprio, Tom Hanks, Quentin Tarantino, Eddie Murphy, Scarlett Johansson y Jennifer López.
El protagonista de «El último de los mohicanos», Wes Studi, se convirtió en el primer actor nativo americano en recibir un Óscar.
«Simplemente me gustaría decir: ya era hora», dijo Studi, ante una ovación estridente. «Ha sido un viaje salvaje y maravilloso», agregó.
Studi fue presentado por Joy Harjo, el primer poeta laureado nativo americano, y el actor Christian Bale, quien calificó el momento como muy esperado.
«Muy pocas oportunidades en el cine, a ambos lados de la cámara, han sido para artistas nativos o indígenas: estamos en una sala llena de personas que pueden cambiar eso», dijo Bale, quien protagonizó con Studi en «Hostiles» de 2017.
Las protestas del #OscarsSoWhite en torno a los Óscar 2016 llamaron la atención sobre los problemas de diversidad de los premios.
El premio de Studi llega casi medio siglo después de que Marlon Brando rechazara su Óscar a mejor actor por «El padrino» en protesta por el trato que la industria del cine daba a los nativos americanos.
El músico indígena canadiense Buffy Sainte-Marie compartió un Óscar por mejor canción original en 1982.
La noche comenzó con un Óscar honorario para David Lynch, el autor surrealista que ha sido nominado tres veces a mejor director pero nunca ganó.
Considerado como uno de los mejores cineastas estadounidenses de su generación, Lynch es el enigmático director de clásicos de culto como «Blue Velvet» y «Mulholland Drive», así como la serie de televisión «Twin Peaks».
Fue presentado por Laura Dern y Kyle MacLachlan, quienes han actuado en varias de sus películas y describieron a Lynch como un «hombre renacentista moderno».
«David es un hombre que se atreve a inventar, crear y desafiarse a sí mismo, todos los días», dijo Dern.
Los Óscar honoríficos se entregan todos los años para honrar logros de toda una vida, y pasaron a entregarse en un evento separado en 2009 para resolver el apretado calendario de la ceremonia principal.