Salvador, Brasil | AFP |
por Giovanna FLEITAS / con Jorge SVARTZMAN en Rio de Janeiro
La ONU urgió este jueves a «proteger» la Amazonía, donde proliferan incendios forestales que pueden comprometer la lucha contra el calentamiento global, poco después de que el presidente Jair Bolsonaro denunciara una «psicosis ambiental» promovida por oenegés contra los intereses de Brasil.
«Estoy profundamente preocupado por los incendios en la Amazonia. En medio de la crisis climática mundial, no podemos permitirnos más daño a una gran fuente de oxígeno y biodiversidad. La Amazonia debe ser protegida», tuiteó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Los focos de incendio crecen día a día en Brasil: entre enero y el 21 de agosto, el organismo de observaciones espaciales INPE registró 75.336, un 84% más que en el mismo periodo de 2018. Ese número muestra un aumento de 2.493 focos respecto al lunes.
Cinco cosas a saber sobre la Amazonia
De acuerdo con especialistas, la multiplicación de los siniestros se da en un marco de avance rápido de la deforestación en la región amazónica, que en julio se cuadruplicó respecto al mismo mes de 2018, según datos del INPE.
El gobierno atribuye en cambio a la sequía el aumento de los focos de incendio y acusa a oenegés de tratar de crear una «psicosis ambiental» para perjudicar los intereses de Brasil.
«Esa psicosis ambiental no deja hacer nada. Yo no quiero acabar con el medio ambiente. Yo quiero salvar a Brasil», declaró Bolsonario, un escéptico del cambio climático, que preconiza la apertura de reservas indígenas y de zonas protegidas a actividades agropecuarias y a la minería.
En Salvador (noreste), donde se realiza una conferencia internacional sobre el cambio climático, un alto funcionario brasileño adujo que Brasil tiene un uso racional de la tierra y cumple con las disposiciones del Acuerdo de Paris contra el calentamiento global.
«Le estamos enseñando al mundo cómo producir. Tan solo en el 29% de nuestro territorio producimos alimentos para todo el mundo. En todo el mundo, el promedio del uso de la tierra para la agricultura supera el 50%. Nosotros solo usamos el 29%», afirmó el secretario de Relaciones Internacionales del ministerio de Medio Ambiente, Roberto Castelo, copiosamente abucheado por grupos ambientalistas.
– «No soy un Nerón» de la Amazonía –
Bolsonaro insinuó la sospecha, reiterada este jueves, de que ciertas oenegés pudiesen haber provocado intencionalmente algunos incendios.
«No defiendo las quemas, porque siempre hubo y habrá quemas. Desgraciadamente eso ocurre en la Amazonía», dijo Bolsonaro a periodistas a la salida de su residencia oficial en Brasilia.
«Pero acusarme de ser un capitán Nerón prendiendo fuego allí es una irresponsabilidad, es hacer campaña contra Brasil», agregó el mandatario, un excapitán del ejército, en referencia al emperador Nerón, a quien algunas tradiciones imputan el gran incendio de Roma en el siglo I.
«Imagínense si el mundo empieza a imponer barreras comerciales: se caerá nuestro agronegocio, retrocederemos, la economía empeorará; la vida de ustedes, de los editores de diarios, de los dueños de televisiones, se complicará como la vida de todos los brasileños, de todos sin excepción. Ustedes están cometiendo un suicidio. La prensa está cometiendo un suicidio», agregó.
– Un «paria ambiental» –
El poderoso sector del agronegocio, que dio un apoyo clave a Bolsonaro en las elecciones de 2018, empieza a manifestar preocupación por las consecuencicias que podría tener un aislamiento de Brasil en temas ambientales.
También los gobernadores de los estados amazónicos de Brasil criticaron al gobierno por posturas que llevaron a la suspensión de recursos de Noruega y Alemania para un fondo de preservación de la selva tropical.
«Esta semana dos grandes medios de la prensa alemana esbozaron la idea de que ya era hora de empezar a boicotear los productos brasileños» y que eso ocurra «es una cuestión de tiempo», dijo al diario Valor el presidente de la Asociación Brasileña del Agronegocio (ABAG), Marcello Brito.
«La pregunta es: ¿a quién le interesa transformar a Brasil en un paria ambiental?», agregó, antes de esbozar una respuesta: «Nosotros no podemos transformar al presidente de la República. Lo que nuestro sector puede hacer es trabajar, de forma unísona, para tratar de revertir los daños un máximo posible».