Más de la mitad de la población de Líbano puede tener dificultades para conseguir alimentos debido a la agravación de la crisis económica en el país y la destrucción de una gran parte del puerto de Beirut, advirtió el domingo la ONU.
El gobierno debe «tomar medidas inmediatas para impedir una crisis alimentaria», apremió Rola Dashti, jefa de la Comisión Económica y Social de la ONU para Asia Occidental (Cesao) que instó a las autoridades a que den prioridad a la reconstrucción de los silos de grano destruidos por la violenta explosión en el puerto de Beirut del 4 de agosto que destruyó parte de la ciudad.
Este puerto es normalmente la principal puerta de entrada de mercancías en un Líbano que depende «fuertemente de las importaciones de alimentos», dice la agencia de la ONU.
En consecuencia, «más de la mitad de la población corre el riesgo de no poder satisfacer sus necesidades alimentarias básicas de aquí a finales de año», advirtió la economista.
Dashti desgranó algunas de las medidas «inmediatas» que debe adoptar el gobierno: intensificar la vigilancia de los precios de los alimentos, fijar un techo para los mismos y promover las ventas directas de los productores locales a los consumidores.
La organización señaló que la inflación superará el 50% en 2020, frente al 2.9% de 2019. Los precios de alimentación han subido en promedio 141% con relación a julio del pasado año.
Las medidas de confinamiento para luchar contra la pandemia del nuevo coronavirus han agravado la crisis económica que ya afectaba al país, dejando nuevos pobres y más desempleo.